Columna de Opinión de Humberto Borges en El Mostrador/ Los temas no abordados en la discusión por los impuestos y Nueva Reforma Tributaria

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En las últimas semanas ha comenzado la discusión de la nueva reforma tributaria, algunos simplemente la tildan como la “reforma de la reforma”. Esta nueva versión de cambios tributarios se está enfrascando en la discusión de aumentar la tasa personal al 40%, reducida el 2014 para lograr los votos de la oposición en ese entonces, y disminuir o no la tasa de los impuestos corporativos de 27% a 25% o 24%. Se han terminado los eslóganes de campañas, donde se promovían otras tasas y se lograba da respuesta al malestar de las regiones en algo como “regionalismo y crecimiento”.

Para lograr reducir en pocas palabras e ideas, una buena reforma tributaria tiene que pensar en un país completo y complejo, además, no olvidar una modernización de la idea de los tributos. Algunas ideas de tributos que se han dejado a un lado:

El tributo verde. En el mundo se han realizado varios cambios tributarios pensando en la ecología y la destrucción del ecosistema. Por ejemplo, un cambio en el IVA enfocado en reducir el tributo a los alimentos y aumentar al mismo tiempo a los productos no reciclables. En países de Europa, como España, los alimentos tienen un IVA del 4%, otros productos un 10% y productos derivados del petróleo (plástico y otros) llegan al 21%, así se alivia a las familias por disminuir la carga del tributo en alimentos y se castiga la compra de productos poco ecológicos.

Otro ejemplo es contar con una tasa especial del rango de 0,5% al 2%, dirigido a las grandes compañías que destruyen el ecosistema (salmoneras, termoeléctricas, mineras y otras). Este impuesto puede ser reducido hasta la tasa de 0,5%, ocupando mecanismos de reciclaje y mejoramiento del entorno al que se afecta. Este sería un incentivo real a las grandes compañías por realizar la labor de recuperación del medio ambiente, labor que muchas veces simplemente no se aborda.

El tributo regional diferenciado.  En los países nórdicos o con conexiones remotas se otorgan muchas concesiones tributarias, todas enfocadas a lograr objetivos estratégicos. Ejemplos de ello son: La tributación de Canadá, donde la tributación es diferenciada por zona geográfica y tamaño de empresas, se disminuye la tributación a pequeñas empresas que tengan un uso intensivo de mano de obra, para que no abandonen las zonas extremas. Una forma de tributo regional diferenciado que retenga a los técnicos y profesionales, ayudaría a mejorar la vida en las regiones.

El regreso del FUT. El Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), con todas sus desventajas y malas prácticas, tenía una cualidad que muchos expertos desecharon: era una herramienta de retención de inversión. Un FUT que dejara un máximo de ingresos no tributables por reinversión en efectivo o efectivo equivalente, evitaría el éxodo de inversiones que provocó la actual reforma tributaria, ya que esta última está basada en la lógica de que todos los ingresos pagaran, obviando los dineros no retirados y que se dejan para que la empresa tenga capital básico.

Esperemos que el nuevo Gobierno sea capaz de crear una reforma tributaria con sensatez y, por otro lado, que el Congreso tenga una visión a largo plazo y no se quede en eslóganes de campaña.

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