“Según un estudio de Oxford, un 47% de los empleos actuales serán robotizados en 20 años en Estados Unidos”, con esta frase la académica del Departamento de Gestión y Negocios, Goretti Cabaleiro comenzó su exposición en la actividad “Protagonistas 2030”, organizada por Encuentros del Diario El Mercurio.

En una exposición que duró aproximadamente 40 minutos, la académica le habló a un público de más de 80 personas, quienes atentos escuchaban como el fenómeno de la automatización y el avance de la tecnología están creando incertidumbre y expectativas.

En la charla, se habló de cómo el cambio tecnológico nos ha cambiado y nos va a cambiar todavía más la vida, cómo afectará al trabajo futuro, qué dicen los expertos qué va a pasar con el empleo, cuáles serán los empleos del futuro.

Sobre esto, Goretti comenzó refiriéndose a cómo la velocidad del cambio tecnológico nos produce fascinación y temor a la vez. Cada vez somos más dependientes de nuestros aparatos, ya sea para ir a alguna dirección, buscar cómo estará el tiempo o ver películas y series.

Las cifras dicen cosas nunca antes pensadas, como por ejemplo, que el 2020 habrá 50 millones de dispositivos dentro de las casas que funcionarán conectados a internet. Pero también los expertos ven esto como un salto exponencial a la mejora de la economía, como por ejemplo, que con la Inteligencia Artificial se podrían duplicar las tasas de crecimiento de las economías desarrolladas al 2035 y aumentar la productividad laboral en un 40%. Así las industrias más beneficiadas por la Inteligencia Artificial serán la de Telecomunicaciones, la Manufacturera y la Financiera. En Telecomunicaciones, la Inteligencia Artificial aumentaría la tasa de crecimiento anual del valor agregado bruto (VAB) de 3,4% a 4,8%, hacia el año 2035, mientras en la Industria Manufacturera de 2,1% a 4,4% y en la Financiera, de 2,4% a 4,3%, en el mismo período.

Según el Foro Económico Mundial, al mismo tiempo que la economía mejoraría, muchos empleos “de oficina” desaparecerán en los próximos cinco años, y esto será porque los robots acabarán haciendo los trabajos basados en el aprendizaje por repetición y la gestión de información.

Sin dejar de lado estas suposiciones, Goretti habló sobre qué hacer ante este escenario, en el que explicó que en el futuro los profesionales deben adaptarse a lo nuevo y reciclarse ya que las características de los empleos a miras del 2030 serán distintas a las de hoy: mayor competencia laboral, adiós al trabajo para toda la vida, la oficina será online, cambio en los horarios y globalización laboral, fueron algunas de las que nombró.

Dentro de los empleos del futuro, Goretti se basó en un informe del Da Vinci Institute para enumerarlos:

Optimizadores en el tráfico de drones
Chef de alimentos en impresoras en 3-D
Minimizadores del impacto del medio ambiente.
Banqueros, abogados y reguladores de criptomonedas
Arquitectos e ingenieros de tráfico automatizado
Ingenieros de sistemas operativos sin conductor
Diseñadores de viajes sin conductor
Secuenciadores de genes
Científicos de ADN
Gastrónomos moleculares

Otros expertos señalan que los empleos del futuro podrían ser:

Científicos de Datos
Ingenieros de Fábricas Inteligentes
Ingenieros de Ciudades Inteligentes
Expertos en Innovación Digital
Gestores de Riesgos Digitales
Ingenieros de Reciclaje
Nano-médicos
Técnicos de Domótica
Asistentes Médicos Personales
Agregadores de Talento

Teniendo en cuenta que estos empleos son muy específicos, la académica planteó que hay que ser conscientes de la debilidad de las máquinas refiriéndose a que ellas no tienen habilidades blandas, carecen de creatividad, destrezas sociales, razonamiento emocional y empáticos y no saben cómo afrontarse a situaciones nuevas. Las habilidades que se requerirán en el futuro están enfocadas en la creatividad, innovación, en la comunicación, colaboración, habilidades matemáticas y estadísticas, así como también informáticas y digitales.

Goretti concluyó que los responsables de preparar a la gente del presente para los retos del futuro serán las instituciones educativas, el Gobierno y las empresas, y claramente uno mismo. Para finalizar dio tres consejos para afrontar este proceso de cambio: el primero es tratar de prever con antelación qué tipos de trabajos serán desarrollados en el futuro por las máquinas, el segundo es ser consciente de las debilidades de las máquinas para poder explotarlas desde ya y el tercero es desarrollar las habilidades que serán más valoradas en el futuro.

“Me parece muy bien que se realicen este tipo de instancias para concienciar a la gente de qué es lo que nos depara el futuro cercano. En Chile, tanto las personas, como las empresas y el gobierno, todavía ven la automatización de los trabajos como algo lejano. Sin embargo, las instituciones educativas deberán plantearse cómo desarrollarán las habilidades requeridas para el futuro en los estudiantes del presente, las empresas y el gobierno deberán proponer soluciones para hacerse cargo de la población laboral actual y capacitarlos de manera urgente para los desafíos del futuro, el gobierno deberá pensar en cómo regular la automatización y cada uno de nosotros deberá desarrollar una actitud proactiva para no quedarse fuera de esta revolución. Esto requiere tiempo y necesitamos empezar ahora”, comentó la académica.

REVISA AQUÍ SU ENTREVISTA EN DIARIO LA SEGUNDA