Santiago tiene 30 años, estudió Sociología en la Universidad Alberto Hurtado, y luego de haber pasado por varias experiencias profesionales llegó hace alrededor de un mes a hacerse cargo de las Experiencias Laborales de la FEN.
De su paso por la UAH como estudiante tiene los mejores recuerdos: “Me gustaba el clima que se vivía en la universidad y por lo mismo me alegra volver a trabajar acá”, cuenta.
Te dejamos aquí una entrevista en la que habla sobre su formación, su experiencia laboral y su labor en la Facultad.
- ¿Cómo fue tu experiencia universitaria?
En cuanto a la carrera, la disfruté mucho. Conocí profesores, compañeros y una forma de pensar muy interesante, lo que fue clave para equilibrar el hecho de que nunca supe bien qué iba a hacer exactamente con mi título. Lo que sí sabía (y se ha mantenido) era que siempre iba a seguir interesado y relacionado a la sociología. Eso bastó en ese momento, porque a pesar de disfrutar el estudio en sí, me cuestioné, discutí demasiado conmigo mismo y fui bastante divergente. Por ejemplo: tomé ramos de psicología, filosofía y pedagogía. ¡Hasta tomé un ramo de Latín!, del que sólo mantengo la anécdota, porque el contenido lo olvidé todo. Tal vez me quitó foco tomar ramos en otras áreas, pero hoy lo agradezco al asumirlo como parte de mi proceso de formación y como parte de mi personalidad. Al final de eso se trata, de que uno busque su propia formación.
Además, lo que más recuerdo es haber estado en un espacio con escala humana.
- Cuéntame un poco sobre qué hiciste después de salir de la universidad (trabajos, viajes, etc.)
Cuando estaba en la universidad fui voluntario de Sube Conmigo (en Fe y Alegría), un programa educativo para secundarios que se basa en la práctica del montañismo. Creo que hacer voluntariado es una excelente experiencia previa al mundo laboral, pues haces algo que te gusta y además te conectas con gente con intereses comunes. En mi caso ese vínculo funcionó. Después de la universidad me hice cargo de Sube Conmigo y de otros programas similares, pero esa vez de forma remunerada. Esa etapa marcó lo que hice después ya que había una metodología que incluía actores y espacios que iban más allá de la educación formal, lo que nos llevó a hacer un trabajo de sistematización muy interesante.
Después trabajé en la Fundación Minera Los Pelambres, en la IV región. Ahí, con un equipo, nos hicimos cargo de impulsar programas educativos. Además gestioné capacitaciones laborales en oficios, donde pude vincularme con diversos sectores productivos importantes en la zona. Eso fue un aprendizaje que valoro mucho. Al igual que en Sube Conmigo, el desafío a nivel analítico fue abordar la educación y en este caso también la formación para el trabajo desde un punto de vista holístico, vinculándose con el sistema educativo formal, pero aportando elementos externos según el contexto, sus actores y sus necesidades específicas.
En cuanto a viajar, asumo que me gusta mucho. Lo que más me gusta es subir cerros o hacer viajes largos en bicicleta. Mientras más remoto, mejor. El año pasado pude viajar harto. Viví unos meses en Canadá con una visa de trabajo y después (digamos que aprovechando el vuelo) hice un paseo en bici de un par de meses por el altiplano.
- Entrando al plano laboral de la FEN, ¿Qué son las experiencias laborales?
Las entiendo como el conjunto de experiencias formativas que tienen como objetivo impactar positivamente en la inserción y consiguiente trayectoria laboral de los estudiantes.
Son un conjunto de experiencias porque éstas adquieren sentido sólo si se complementan entre sí. Por ejemplo, si bien la práctica es la actividad central, ésta por sí sola no es necesariamente una experiencia formativa. La práctica adquiere sentido en la medida que se relacione con otras actividades como podrían ser talleres previos, espacios de reflexión y por supuesto los mismos ramos del plan de estudios. En realidad hay un montón de actividades que se pueden hacer y aprovechar, lo importante es que se escojan las que en conjunto aporten a la formación para el mundo laboral.
Por otro lado, este conjunto de experiencias no apuntan a una formación para el trabajo en abstracto, sino que se basan en lo que esta facultad ha declarado que desea formar, es decir, en los perfiles de egreso. Estos perfiles, tanto en Ingeniería Comercial como en Contador Público Auditor, ofrecen una gran diversidad de posibilidades – oportunidades y son la hoja de ruta para que a través de un plan de acción, con actividades concretas, se logre impactar positivamente en la inserción y consiguiente trayectoria laboral de los estudiantes.
- ¿Qué hace un Coordinador de Experiencias Laborales?
Entiendo la coordinación de experiencias laborales en tres etapas: (1) Diseño e implementación de plan de experiencias laborales; (2) gestión de redes y alianzas para realización de experiencias y (3) articulación de vínculos laborales para estudiantes y titulados.
En realidad la etapa 1 bastaría como síntesis, pues en rigor las abarca todas, pero hacer visibles a las 3 explicita que la tarea no se acota solamente a lo que implementemos en la universidad, sino que también hay que estar mirando permanentemente al escenario que tendrá el estudiante después de egresar: el mercado laboral. Este es nuestro objetivo y también nuestra referencia, porque si sus dinámicas cambian, nosotros también tendremos que saber adaptarnos. En otras palabras, veo a este cargo como un puente entre la experiencia universitaria y la laboral, lo que tiene efecto directo en lo que se hace, pues implica incorporarse tanto en la dinámica académica como también estrechar lazos, por ejemplo, con empresas, con egresados, etc.
Otra cosa que me interesa destacar es que este cargo carece de sentido si se reduce solamente a mi persona. Esta coordinación expresa lo que se proyecta como Facultad. Lo que corresponde a mi rol en particular es identificar y sumarme a lo que ya se está haciendo e, igual de importante, a lo que se ha declarado como intención para hacer en el futuro. Una vez hecho eso y teniendo en cuenta esa base, el Coordinador de Experiencias Laborales debe coordinar acciones de modo tal que las experiencias laborales (sean las ejecutadas por mi persona o por otros) apunten a un mismo objetivo.
En esta misma línea me interesa aprovechar esta instancia para invitar a los que quieran sumarse y aportar. Para esta coordinación, además de las actividades curriculares, es clave el aporte que puedan hacer actores como estudiantes y egresados. Por lo mismo, les manifiesto mi total disposición.
- Como Coordinador de Experiencias laborales, ¿qué esperas lograr?
Como ya mencioné, esta tarea exige estar al día en materia de educación y empleabilidad. Esto presenta el desafío de tener que actualizar lo mejor posible al campo educativo con el laboral, pues este último avanza con un dinamismo y ritmo mayor. Frente a esto hay una diversidad de enfoques y discusiones en los que quiero profundizar y a la larga también hacer un aporte en un nivel reflexivo.
Además, creo que dicha reflexión está estrechamente ligada a lo práctico, es decir, a lo que se vaya generando como modelo de trabajo. Por lo mismo, me motiva mucho que el aporte en un nivel reflexivo se traduzca, como consecuencia lógica, en el diseño y la consolidación de un plan de experiencias laborales que esté a la altura del desafío. Espero que este modelo sea un aporte concreto a la FEN, la que en una siguiente etapa pueda replicarlo en otras instituciones de educación superior. Esa es la invitación que se me hizo y la asumo con mucho gusto.
- ¿Qué esperas de los alumnos de la FEN?
Lo que más me gustaría es encontrarme con un grupo lo más diverso y cambiante posible y que eso cuestione permanentemente el esfuerzo que habrá que hacer de definirlo. Ojalá que el perfil de los estudiantes de la FEN sea esquivo, porque además de ser un grupo de personas diverso, sean gente abierta a ir creciendo y cambiando con el tiempo.
Por el momento puedo decir que con la gente que me he reunido o con la que he conversado he tenido una muy buena impresión. Me han ofrecido su apoyo y me han dado buenas ideas. Eso me alegra.