Había un gran interés por conocer el impacto que tendría en la cartera de afiliados de Planvital el aumento de 0,41% a 1,16% en su comisión por cotizaciones obligatorias. Conocido el número de traspasos durante el mes de agosto, distintos medios destacaban la salida de casi 20.000 afiliados con un tono que daba la idea de que estábamos frente a una estampida. Sin embargo, las cifras son más consistentes con el poder de la inercia sobre los afiliados, cuyo número cayó solo 0,07% respecto al mes anterior. Más relevante aún, su número de cotizantes (que pagan comisión) aumentó 0,47% en el mismo periodo.
Desde la perspectiva de Planvital, se dio el mejor de los escenarios posibles. En efecto, sus ingresos por comisiones obligatorias aumentaron en torno a 183% durante el mes de agosto, similar al aumento en la comisión cobrada por dichas cotizaciones. Este resultado se explica porque tanto el número de cotizantes como su ingreso imponible promedio no tuvieron mayores cambios en dicho periodo, incluso aumentaron levemente respecto al mes anterior. Considerando que a diciembre de 2017 los ingresos por comisiones obligatorias de Planvital representaban 95% de los ingresos totales, la casi nula respuesta de los afiliados al aumento en la comisión fue muy valorable para la administradora.
Haciendo un poco de historia, las implementaciones de licitaciones para nuevos afiliados produjeron diferencias de hasta 3,8 veces en el nivel de comisiones por cotizaciones obligatorias (1,54% Provida versus 0,41% Planvital). Con esto aprendimos que los afiliados eran insensibles a fuertes disminuciones en las comisiones. El Caso Planvital nos muestra la otra cara de la moneda: que los afiliados también son insensibles a los aumentos significativos en las comisiones.
La principal implicancia de estos resultados es que la baja sensibilidad a las diferencias y cambios en las comisiones es la principal barrera que limita la entrada de otros competidores, y, por consiguiente, debería ser el foco de cualquier política que promueva una mayor competencia en el mercado. En este contexto, al presentar el número de traspasos sin destacar la fracción que estos representan del stock de afiliados y cotizantes, se comunica erróneamente que los afiliados sí son sensibles a las comisiones y, por tanto, hay quienes podrían inferir que tenemos un nivel de competencia razonable en precios. Considerando el bajo nivel de conocimiento previsional de la población, la manera en que se presentan estas cifras no es inocua porque se suma a planteamientos que con escaso sustento técnico han tratado de invisibilizar uno de los problemas que ha deteriorado la legitimidad de nuestro sistema de pensiones en las últimas dos décadas.
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