Víctor Muñoz pertenece a los nuevos académicos que se integraron al Departamento de Gestión y Negocios de la FEN durante el segundo semestre de este 2019. Es Ingeniero Comercial de profesión, hizo el Magíster en Administración de Empresas-MBA en la FEN-UAH, y posteriormente realizó su Ph.D en Administración de Empresas en la Universidad Adolfo Ibáñez.
Cuando estaba haciendo el MBA comenzó a plantearse seguir una carrera como académico, “la experiencia en el MBA marcó mi desarrollo profesional, porque mientras lo realizaba empecé a plantearme seriamente la posibilidad de desarrollar una carrera académica (…) Mientras realizaba el doctorado impartí varios cursos de Estrategia en la Universidad Adolfo Ibáñez. Desde el año pasado, me integré como profesor colaborador de la FEN de la Universidad Alberto Hurtado”, nos cuenta.
Cuéntame un poco sobre tu carrera profesional, ¿dónde estudiaste tu pregrado, tu magíster y posteriormente tu PhD, y cómo fueron estas experiencias?
Estudié ingeniería comercial en la Universidad de Talca. Trabajé varios años como ejecutivo en el área de Administración y Finanzas y luego realicé el Magíster en Administración de Empresas- MBA en la Universidad Alberto Hurtado. La experiencia en el MBA marcó mi desarrollo profesional, porque mientras lo realizaba empecé a plantearme seriamente la posibilidad de desarrollar una carrera académica. El MBA fue riguroso y desafiante intelectualmente y creo que me ayudó a desarrollar un sentido de la responsabilidad que tenemos como profesionales de usar todas nuestras capacidades para contribuir a una sociedad mejor. Esa semilla fue madurando hasta que decidí que el espacio en que podía hacer mi mejor contribución era la academia.
Tuve la oportunidad de ingresar al Ph.D en Administración de Empresas de la Universidad Adolfo Ibáñez. Este programa es de muy buen nivel, reconocido internacionalmente. En paralelo, colaboré con el Centro de Innovación y Tecnología de la misma universidad apoyando en proyectos de innovación abierta y emprendimiento. No es tan frecuente que un estudiante de doctorado, al menos en administración, tenga una experiencia laboral relativamente larga. Creo que eso me ha ayudado a entender mejor los desafíos de la administración como una ciencia aplicada. Nuestro sujetos de estudio son organizaciones y personas que se desenvuelven en contextos organizacionales, que enfrentan problemas prácticos. Los académicos en el área de la administración observamos los fenómenos que ocurren en estos contextos, tratamos de entenderlos, explicarlos y debemos dialogar con la sociedad, no sólo para entregar este conocimiento, sino también para identificar nuevos fenómenos y necesidades que orienten nuestros esfuerzos hacia investigaciones relevantes para la sociedad. Creo que mi experiencia laboral me ayuda a abordar estos desafíos con una perspectiva más amplia.
¿Habías trabajado antes de académico?
Mientras realizaba el doctorado, impartí varios cursos de Estrategia en la Universidad Adolfo Ibáñez. Desde el año pasado, me integré como profesor colaborador de la FEN de la Universidad Alberto Hurtado.
En esta universidad mi aporte ha sido en el área de estrategia y administración. He dictado varios cursos en la línea de gestión de Ingeniería Comercial. Desde los cursos introductorios de primer año hasta el curso de Estrategia del cuarto año, tanto en el programa diurno y vespertino, además del Diplomado en Dirección y Gestión de Empresas. También he colaborado en la implementación del curso de Pensamiento Estratégico que forma parte de la malla nueva de ingeniería comercial.
¿Qué fue lo que te motivó a comenzar a trabajar aquí?
Como comenté antes, desde que realicé el MBA en la Universidad Alberto Hurtado me siento parte de esta comunidad. Comparto plenamente los principios humanistas y de compromiso social que tiene la universidad. Se ha construido una comunidad académica potente y de gran calidad humana de la que me enorgullece formar parte.
La FEN tiene un compromiso real con la docencia y la investigación. Creo que existe un potencial interesante para realizar un buen trabajo en ambas áreas. En docencia, existen constantes esfuerzos por mejorar la metodología y contenidos de los cursos. En investigación, tenemos un equipo de profesores destacado y considero que existe un potencial interesante para realizar investigación colaborativa y ampliar nuestra vinculación con el medio.
¿Cuáles son tus áreas de intereses profesionales?
Mi investigación se enfoca en la toma de decisiones estratégicas desde una perspectiva conductual. Específicamente, explora las interacciones entre los factores ambientales y de la firma con las características psicológicas y cognitivas de los tomadores de decisión. La literatura actual en estrategia y emprendimiento aún trata de entender la influencia de los sesgos cognitivos en las decisiones estratégicas.
Estoy particularmente interesado en entender cómo los individuos toman decisiones en contextos en los que la ambigüedad y discrecionalidad gerencial facilitan la expresión de sus diferencias cognitivas y psicológicas. En uno de mis proyectos de investigación, estudio el impacto del exceso de confianza de los individuos en las decisiones de desinversión internacional.
Es importante que las empresas entiendan qué tan racionales o sesgadas son las evaluaciones que realizan los individuos que participan en las decisiones para que puedan reducir los sesgos mejorando su arquitectura psicológica, es decir, que diseñen procesos de toma de decisiones que incluyan mecanismos que compensen los sesgos decisionales.
Esta área de trabajo es muy interesante porque permite el diálogo y trabajo con académicos de otras disciplinas como psicólogos y economistas.
¿Qué es lo que te motiva/apasiona de hacer clases?
Como profesores, nuestro trabajo se proyecta a la sociedad, en parte, a través de nuestros estudiantes. Esta es una gran motivación. Los estudiantes del área de negocios crearán y participarán en la dirección de organizaciones cuyas decisiones y acciones impactarán en múltiples niveles. Se relacionarán con trabajadores, proveedores, socios, el estado, sociedad civil ,no solo a nivel local o nacional, sino en un contexto global.
Como profesores, nuestro desafío no es solamente formar profesionales que cuenten con las competencias técnicas para hacerse cargo de estas decisiones y acciones. También debemos contribuir a que nuestros estudiantes desarrollen habilidades personales que les permitan adaptarse a un entorno cada vez más competitivo y en constante cambio. Es fundamental contribuir a que nuestros estudiantes sean capaces de manejar las exigencias cada día mayores de la gestión de organizaciones desde una perspectiva ética. Que entiendan que sus decisiones y acciones tienen consecuencias no sólo económicas , sino también sociales y ambientales y que sean capaces de manejar estos impactos en pos del interés de largo plazo de la sociedad.
¿Cuáles crees que son los desafíos de hacer clases en la FEN?
Creo que un desafío importante en el área de gestión es ayudar a que nuestros estudiantes desarrollen el pensamiento crítico, la capacidad de innovación y una perspectiva integral de la gestión de empresas y organizaciones. Si bien la especialización es importante, un buen profesional debe entender y ser capaz de gestionar procesos y sistemas complejos, además de evaluar críticamente la enorme cantidad de información disponible y aportar con soluciones novedosas.
También creo que los profesores debemos ayudar a que nuestros estudiantes se motiven en alcanzar su potencial. En la UAH tenemos estudiantes muy talentosos, y debemos ayudarlos a que aprovechen la oportunidad que tienen para dar lo mejor de sí. A veces esto puede ser impopular, porque significa salir de la zona de confort, pero no solo va ayudarles a tener un mejor futuro, sino también a sentirse realmente orgullosos. Los profesores tratamos de mejorar constantemente nuestros cursos, las metodologías y también tener una relación cordial y respetuosa con los estudiantes para ayudarles en su proceso de desarrollo.