El salario mínimo presenta un rompecabezas para los economistas. Desde una mirada económica simple, el salario mínimo no debería tener propiedades sociales sustancialmente beneficiosas. Intuitivamente, un precio mínimo legal representa una restricción en los mercados que impide que se produzcan intercambios mutuamente beneficiosos. En el caso específico del salario mínimo, la economía básica indica que su imposición dificulta la búsqueda de empleo por parte de trabajadores poco calificados, aumentando las tasas de desempleo en estos trabajadores. Es por esto que muchos economistas en al pasado se opusieron al salario mínimo: en una encuesta de la población de economistas estadounidenses en 1979, cerca del 90% opinaba que el salario mínimo debería ser abolido.
Por: Rafael R. Guthmann, Doctor en Economía, Universidad de Minnnesota, EE.UU. Académico FEN-UAH.
Publicado en revista Observatorio Económico Nº 177, 2023.