Una alianza entre la UAH y la Corporación Memoria Lonquén quedó establecida, a través de la firma de un convenio de colaboración. Se trata del primer convenio que firma la UAH con una organización que agrupa a familiares de víctimas de la dictadura militar. La idea es mantener viva la memoria histórica como fundamento que fortalece la democracia y la paz social. La FEN, a través de la carrera Gestión de Información, Bibliotecología y Archivística (GIBA), tendrá un papel clave para enriquecer el centro de documentación de la Corporación, sistematizando toda la información en torno a los hechos acontecidos a partir de octubre de 1973.
La Corporación para la Memoria de Lonquén tiene como principal objetivo perpetuar la memoria sobre los luctuosos hechos develados con el hallazgo (noviembre, 1978) de osamentas humanas enterradas en los hornos de una mina de cal abandonada, ubicada en las faldas del Cerro Lonquén (comuna de Talagante). Las osamentas correspondían a 15 campesinos de Isla de Maipo (que tenían entre 17 y 51 años) detenidos-desaparecidos en octubre de 1973 por Carabineros. El descubrimiento de las osamentas (maniatadas con alambres y con señas de haber sido golpeadas brutalmente), echó por tierra, por primera vez, los argumentos que negaban sistemáticamente las detenciones y posteriores desapariciones forzadas de personas.
El Convenio tiene como finalidad “propiciar oportunidades para el co-diseño y ejecución de actividades relacionadas con temas de derechos humanos y otras materias propias de interés entre las partes”. Esta alianza oficializa la relación entre ambas instituciones que comenzó el año pasado con la exposición fotográfica “La maldad en los hornos de Lonquén” que reunió material del fotógrafo de la entonces Vicaría de la Solidaridad, Luis Navarro, quien fue el primero en registrar el hallazgo en Lonquén.
Entre las primeras actividades a desarrollar está la de enriquecer el área de documentación de la Corporación, que será apoyada por un equipo de la carrera de Gestión de la Información, Bibliotecología y Archivística (GIBA) de la FEN-UAH.
“Todos los esfuerzos que hagamos en recuperar memoria, en razonar hechos que han ocurrido o que han interrumpido la convivencia democrática, es sustantivo para el rol de las universidades, pero también para contribuir a la estabilidad de la democracia y una sana convivencia en la sociedad”. Así lo afirmó el vicerrector Académico de la UAH, Eduardo Abarzúa, en la ceremonia de firma del Convenio de Colaboración y Cooperación, realizada este miércoles 2 de octubre en la Sala de Consejo de la UAH.
Esta alianza fue rubricada por el rector de la UAH, Cristián del Campo SJ; el vicerrector Abarzúa, y el presidente de la Corporación Memoria Lonquén, Miguel Maureira. En el acto estuvieron presente el director del Instituto de Teología y Estudios Religiosos (ITER-UAH), Roberto Saldías SJ; la directora del Centro de Derechos Humanos de la UAH y académica de la Facultad de Psicología, Elizabeth Lira, y la directora de la carrera GIBA, Beatriz Mercado.
Maureira -hijo, sobrino y nieto de víctimas de Lonquén- estimó “muy relevante” esta alianza, pues: “Nos ayuda a cubrir una de las brechas que tenemos en términos del trabajo que hacemos como memoria, que es juntar toda la información respectiva del caso y poder trabajarlo desde una perspectiva académica que nos permita tener información clasificada, que tenga lógicas de cómo buscar la información”.
Al respecto, explicó que sobre la tragedia de Lonquén hay variada información en diferentes formatos: relatos de personas, documentales, obras de teatro, cantatas, etc. Por eso, agregó: “Toda esa información necesitamos tenerla clasificada y un convenio como este nos ayuda a poder ordenarla, la Universidad tiene el expertise para hacerlo. Por eso, para nosotros es un convenio súper relevante”.
Para Mercado, como directora de la carrera GIBA, la firma del convenio y el papel que tendrá la carrera en el desarrollo del mismo: “Es un honor, porque es trabajar con las fuentes primarias que componen un periodo de la historia de Chile, el cual, efectivamente, no hay que olvidar. Además, se trata de un caso emblemático de búsqueda de la verdad”.
Lo importante, remarcó: “Es preservar la memoria para las futuras generaciones, pero esa memoria tiene que estar organizada, tiene que estar clasificada, tiene que ser recuperable”. La idea también es poner las tecnologías al servicio de este objetivo, levantando plataformas, como por ejemplo repositorios on line: “donde, quienes consulten, puedan ver, sentir y vivir lo que significa este caso, hasta el día de hoy, para las familias de las víctimas”.
Mantener la memoria histórica fortalece la paz social y la democracia
Saldías, recordó que la UAH: “Ha estado siempre trabajando en el terreno de los derechos humanos, ha sido parte importante en la búsqueda de la memoria y en el compromiso con este tema”.
Sin embargo, puntualizó, faltaba formalizar una relación más estrecha con organizaciones como la Corporación Memoria de Lonquén, pues: “Este esfuerzo de hacer memoria de un momento tan doloroso en Chile y de situaciones muy complejas es fundamental para poder fortalecer nuestra democracia”. Con este convenio, dijo: “Queremos que esa memoria pueda salir a la luz”.
Lira, en tanto, puso énfasis en que es: “La primera vez que la Universidad realiza un convenio con alguna agrupación de víctimas de violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura”, el cual, precisó, se debe comprender de: “…la más alta importancia para la formación de los estudiantes y para el rol de esta Universidad en la contribución a la paz social, a la democracia, a la memoria y al respeto a los derechos de las personas”.
Destacó que uno de los aportes más importantes de esta alianza: “Es ayudar a que se forme un centro de documentación de calidad, que permita cuidar los documentos que se recojan, que permita sistematizar la información y que sea una contribución a la memoria del país”.