Becarias del NODO UAH–RIEG relatan su experiencia en máster de Deusto

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La Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la UAH, en su rol como universidad NODO de la Red de Innovación y Emprendimiento Global Deusto-Bizkaia (RIEG), celebró la adjudicación de dos becas para cursar el Máster en Formación Permanente en Innovación y Tecnología de la Universidad de Deusto, en el País Vasco, España. Esta iniciativa público-privada, liderada por la Universidad de Deusto con el apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia y en cooperación con universidades jesuitas de América Latina pertenecientes a AUSJAL, busca atraer talento latinoamericano con perfiles STEM y vincularlo directamente con el ecosistema de innovación empresarial del territorio.

En la convocatoria realizada en enero para Chile, resultaron seleccionadas Claudia Pirela, ingeniera de Sistemas, y Bárbara Strelow, ingeniera Civil Mecánica, quienes desde septiembre se encuentran en Bilbao cursando el programa. Ambas destacan que el máster se caracteriza por su modalidad dual y por un enfoque pedagógico centrado en el aprender haciendo, combinando formación académica de alto nivel con experiencia práctica en empresas del País Vasco.

Motivaciones para postular y un proceso altamente exigente

Las motivaciones para postular al programa responden tanto a trayectorias profesionales consolidadas como a búsquedas personales de crecimiento. En el caso de Claudia Pirela, la convocatoria representó la posibilidad de integrar distintas dimensiones de su experiencia: “Me motivó la posibilidad de articular la innovación, el emprendimiento y la formación académica de alto nivel. Sentía que necesitaba un espacio estructurado donde conectar mi trabajo en datos, tecnología y comunidad con metodologías y herramientas actuales”, señala.

Para Bárbara Strelow, la postulación surgió de manera inesperada, pero rápidamente se transformó en una oportunidad concreta. “Empecé a investigar sobre el máster y me encantó la dinámica y la forma en que se desarrolla. El enfoque práctico, que combina formación académica con experiencia laboral en una empresa, me pareció muy valioso”, comenta. Ambas coinciden en que el proceso de selección fue riguroso, con etapas de evaluación académica y entrevistas con empresas, donde uno de los mayores desafíos fue lograr el match con un proyecto específico dentro del ecosistema empresarial de Bizkaia.

Formación dual, adaptación cultural y aprendizaje colaborativo

La llegada a Bilbao marcó el inicio de una experiencia intensa tanto en lo académico como en lo personal. Claudia destaca la acogida por parte del equipo de la RIEG y el valor del entorno multicultural del programa: “Convivir y estudiar con personas de distintos países, trayectorias y profesiones ha sido profundamente enriquecedor. Esa diversidad se nota especialmente cuando resolvemos retos reales en equipo, porque cada persona aporta una mirada distinta que mejora las soluciones”.

Bárbara coincide y añade que, si bien el idioma facilita la integración, el proceso de adaptación no ha estado exento de desafíos emocionales. “Venir fue una apuesta a futuro. Lo más difícil fue tomar la decisión, dejar el país y a la familia. Hay momentos complejos, pero intento enfocarme en que todo esto lo hago por mi crecimiento y por construir un futuro mejor”, afirma. En lo académico, ambas valoran la metodología del máster, que se organiza en ciclos breves donde cada pocas semanas se aborda una temática distinta y se responde a desafíos planteados por empresas reales.

Migración, trayectoria personal y compromiso con el impacto social

Desde su experiencia como migrante venezolana en Chile, Claudia Pirela releva cómo su vida en Antofagasta influyó decisivamente en la decisión de continuar estudios en el extranjero. “Chile fue el país donde estudié, trabajé y construí comunidad. Vivir ahí me permitió conocer realidades marcadas por brechas educativas, territoriales y de género, y entender que la innovación debe tener siempre un foco en las personas y en los territorios”, explica.

Esa trayectoria también refuerza el mensaje que entrega a otras personas migrantes interesadas en seguir estudios fuera del país. “No subestimen su historia ni su experiencia como migrantes. Haber reconstruido la vida en otro país demuestra resiliencia y adaptabilidad, cualidades que son muy valoradas por universidades internacionales”, subraya, destacando además la importancia de informarse sobre becas y redes de apoyo como las que ofrece la UAH.

Proyección profesional y llamado a nuevas postulaciones

Mirando hacia el futuro, ambas becarias coinciden en que el máster no solo les está entregando herramientas técnicas para el desarrollo de proyectos de innovación y tecnología, sino también una red de contactos y colaboración con alto potencial transformador. Para Claudia, se trata de una experiencia que va más allá de lo académico: “No es solo una formación de postgrado, sino una red que abre oportunidades de emprendimiento, colaboración e impacto social, tanto en Europa como en América Latina”.

Bárbara concluye en la misma línea, destacando el valor profesional y humano de la experiencia: “He conocido empresas y personas que jamás habría imaginado. Profesionalmente tiene un gran valor, y personalmente ha sido una experiencia muy bonita. Sin duda, es una oportunidad que vale totalmente la pena aprovechar”.

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