OHL presentó informe de huelgas 1990-2023: ganan terreno demandas por condiciones laborales y organización del trabajo

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El Observatorio de Huelgas Laborales (OHL) – plataforma impulsada en conjunto por la Facultad de Economía y Negocios, de la Universidad Alberto Hurtado, FEN- UAH, y el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) – presentó su último informe, en el que analiza la conflictividad huelguista en Chile en el período 1990 y 2023, con un enfoque especial en el bienio 2022-2023.

Entre los principales hallazgos destaca el repunte del número  total de las huelgas (261 eventos), alcanzado durante el 2023 y llevadas a cabo, principalmente, fuera de los procesos de Negociación Colectiva Reglada (149 eventos) y la irrupción de demandas por condiciones laborales y organización productiva que ganaron relevancia mientras que las demandas salariales propiamente tal, han ido disminuyendo en el tiempo y la tasa de sindicalización disminuyó desde su pick en el 2020 (22,2%), pues el 2023 registra tan solo 19%.

Una de las principales conclusiones establece que el crecimiento de huelgas durante el 2023 (que alcanzó niveles de años anteriores, como el del 2010 y 2018): “Indica la posibilidad de que esté surgiendo un nuevo ciclo de huelgas cuyas causas subyacentes comenzaron en el ciclo anterior”, teniendo en cuenta que, en el 2022, las huelgas llegaron a un piso histórico con tan solo 179 eventos registrados.

Radiografía de la actividad huelguística

El informe, ampliamente difundido este lunes 6 de enero por El Mercurio,  es una amplia radiografía de la actividad huelguística confeccionada con la metodología de Análisis de Eventos de Protesta (AEP). Varios son los indicadores que dan cuerpo al estudio: frecuencia total de las huelgas en un espacio y tiempo determinado; clasificación según el carácter legal de la acción huelguista: huelgas encauzadas dentro de la Negociación Colectiva Reglada (legales) y las movilizaciones por fuera del Código del Trabajo (extralegales); niveles de participación de las y los trabajadores en la sindicalización y en la cobertura de las negociaciones colectivas; cantidad de trabajadores movilizados en la acción; duración de las huelgas; Días-persona-Trabajo-Perdidos (DPTP), también conocidos como Días-Hombre-Trabajo-Perdidos, representan un indicador clave del impacto y costo económico de las huelgas para las empresas o instituciones; huelgas de acuerdo a la rama económica y tamaño de la empresa; huelgas en el Sector Público; distribución geográfica de las huelgas; tácticas de movilización (convencionales y/o culturales, disruptivas o violentas) y demandas o reivindicaciones (remuneracionales, condiciones de trabajo, organización del trabajo y demandas externas a la empresa).

Del mínimo histórico al repunte acelerado

El 2023, las acciones huelguísticas experimentaron un crecimiento notable (261 eventos) respecto del 2022 (179 eventos), año en el que se registró el número más bajo de huelgas durante el período 1990-2023; el segundo piso histórico se produjo en el 2005 con 186 eventos. Los años con los niveles más altos de huelgas fueron el 2016 (461 eventos) y el 2019 (427 eventos). De acuerdo con los datos, el ciclo del conflicto laboral comenzó a repuntar en el 2006 (231 eventos).

“La lenta recuperación económica, tras la pandemia del Covid-19 como el rechazo de la propuesta de Nueva Constitución (2022), influenciaron significativamente el panorama laboral”, señalan las y los investigadores en su informe como posibles causas del brusco descenso del 2022.

Respecto del carácter legal de las huelgas, los datos arrojaron un alza en el número de las extralegales, es decir, las que se materializan por fuera del Código del Trabajo (144, en el 2020; 149, en el 2023), concluyendo que: “Las huelgas extralegales, en el Sector Público y Privado, se han reanimado con bastante mayor rapidez que las huelgas legales”.

Nuevas demandas van cobrando mayor fuerza

Las demandas o reivindicaciones que dieron sustento a las huelgas reflejan las causas principales que subyacen y motivan la expresión del conflicto laboral. El informe identifica cuatro tipos de demandas: remuneracionales (aumentos salariales o bonos); demandas relativas a las condiciones de trabajo (seguridad, higiene o condiciones materiales comunes de trabajo); demandas por organización del trabajo (por ejemplo, organización de las jornadas, contrataciones, despidos, o malos tratos de las jefaturas) y demandas externas a la empresa o institución (oposición o apoyo a proyectos de ley o huelgas por solidaridad).

Desde esa perspectiva, el informe concluye: “Claramente, que las demandas remuneracionales vienen perdiendo espacio de forma tendencial en la serie (comienzan en 77,1% y cierran en 38,8%). No obstante, en el mismo sentido, las demandas por condiciones de trabajo vienen creciendo lentamente desde el 2014 (en torno al 20% y 30%), y las demandas por organización productiva venían creciendo con rapidez, luego bajaron drásticamente en 2020, y posteriormente han retomado su ritmo de crecimiento”.

Acción sindical

El 2022 y 2023 significó un retroceso en materia de afiliación organizativa. El pick histórico del 2020 (22,2% de sindicalización) paulatinamente fue decayendo hasta llegar al 19% en el 2023. En cuanto a la cobertura de las negociaciones colectivas, en el 2022 fue de 15,8%; en el 2023, 14,8%; el punto más alto del período 1990-2023 se registró en 1992, 18,7% de cobertura.

Sobre los días de duración del conflicto, se señala que en general, las huelgas: “Se han hecho más breves hacia el 2022 y especialmente el 2023 (llegando las huelgas legales a 10,6 días y las extralegales a 3,5 días), mientras los paros del Sector Público han mantenido sus niveles de duración en 2022-2023 (también 3,5 días). En este sentido, las huelgas extralegales continúan resolviéndose o terminándose de forma significativamente más rápida que las huelgas legales”.

En materia de las tácticas desplegadas en las huelgas, las del tipo convencional (pacíficas, como marchas, piquetes, ollas comunes u otras tácticas que no cuestionan las leyes): “Han crecido marcadamente desde el 2015, con su punto más alto en 2022 (71,3%), así como las tácticas disruptivas (interrumpir el libre tránsito, aunque no ponen en riesgo la integridad física de los/as manifestantes u otros agentes; se incluyen cortes de rutas, tomas u ocupaciones de edificios de la empresa, entre otras):  “Han perdido espacio en general, llegando a su mínimo en 2023 (5,6%)”.

Empresas y regiones

En términos de los Días-Persona- Trabajo – Perdido (DPTP), el informe consigna que: “Los DPTP aumentaron exponencialmente desde el 2022 al 2023, marcado por masivos paros en Educación”.

Respecto del tamaño de las empresa o instituciones: “En 2022 y 2023 las huelgas en grandes empresas han perdido por primera vez su peso relativo de forma significativa (llegando este último año a 53,3%), frente a un fuerte auge marcado por huelgas en las Micro y Pequeña empresas (que alcanzan su récord histórico con 35% en 2023)”.

En torno a los sectores de la economía impactados: “La rama de Educación lideró por lejos la actividad huelguista del 2023, con un claro equilibrio entre el Sector Público (44%) y Privado (el resto). Posteriormente, Salud (en un 80% del Sector Público), Administración Central (83% en el mismo sentido), y Agricultura, concentran la frecuencia de conflictos”.

Un hallazgo novedoso se dio al analizar la actividad huelguística por regiones del país. Tomando la serie desde el 2010, se observa que: “Desde el 2017, la Región Metropolitana ha perdido un peso relativo significativo (sin volver a representar el 40% desde ese año), mientras el resto de regiones muestra un comportamiento más constante, rasgo desconocido en la literatura especializada en estos tópicos”.

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