Frente al delirio colectivo que provoca el fútbol y las ganas de practicar las tan diversas disciplinas deportivas que existen, en Chile los clubes deportivos de barrio pelean todos los días por un espacio y se mantienen a pulso, con un feroz contraste: baja convocatoria y cero apoyo del Estado.
“Juntar a jóvenes entre 14 y 17 años para armar un partido es un soberano problema”, dice Álvaro Burgos, director de Fundación Clubes.
A nivel nacional la práctica deportiva es menos del 20% y en regiones el diagnóstico del sedentarismo es mayor. Para este joven, estos indicadores permiten decir que en Chile el deporte no está garantizado como un derecho y Fundación Clubes nace para transformar esa realidad.
Álvaro Burgos es egresado de la carrera de Ingeniería Comercial de la UAH y estudió el Magíster en Gestión del Deporte en la Universitat Pompeu Fabra, Barcelona, formación que fue clave para diseñar su quehacer actual.
Según recuerda, la idea nace fue cuando regresó de Barcelona con la pregunta: “Si tengo todos estos conocimientos: ¿Cómo puedo aportar y en qué lugar?”. El primer paso fue decidir dónde trabajar. Junto a su socia y pareja, Constanza Hernández, Psicopedagoga y Educadora de párvulos, y su socio José Bezanilla, Periodista y Magíster en Políticas Publicas, decidieron como principio que Santiago no era una opción: funcionarían en Valparaíso como un foco que definiría el territorio a conquistar.
“Hicimos el diagnóstico comunitario de la quinta región y a siete meses, trabajamos de lunes a lunes, asesorando a 36 clubes que significa 165 beneficiarios directos. Actualmente somos tres personas fundadoras, más una decena de colaboradores y colaboradoras, profesionales que nos ayudan creando iniciativas, liderando proyectos y orientando a los clubes de barrio con los que trabajamos”, señala.
Visión humana de los negocios
Según explica, este trabajo de convertir los clubes de barrios en una comunidad deportiva tiene mucho de la voluntad de todos los involucrados. Es un concepto importado de Argentina que concibe espacios de organización más allá de jugar el deporte favorito una vez a la semana, sino todo un entramado sociodeportivo diario que da vida a las comunidades y en las poblaciones donde están insertos.
“Nos atrae ese motor del tejido social que significan los clubes, porque conlleva la idea del deporte como una herramienta democratizadora”, agrega.
Fundación Clubes, tiene como símbolo un corazón y es un apoyo logístico a todos esos dirigentes, profesores y 
apoderados que trabajan juntos para que sus hijos puedan competir y realizar sus sueños.
“Muchos dirigentes trabajan ad honorem, a pulso, no sabiendo nada de gestión y nosotros les enseñamos cómo hacerlo mejor”, dice Álvaro.
Para este hurtadiano, la certeza de trabajar por la dignidad de las personas y apostar por hacer comunidad más que sólo el deseo del éxito deportivo individual, es una forma de mirar el mundo que se construye desde muy joven.
¿Cuánto impactó estudiar en la UAH en esta forma de ver la organización que diriges?
Cuando estudiaba ingeniería comercial entendí que en un mundo que avanzaba tan rápido, no debía perder de vista al ser humano con sus sueños, ideales y causas. Esa visión en los negocios me lo entregó la Universidad y cuando egresé me lo llevé para siempre.
Emparejar la cancha
Durante la pandemia uno de los proyectos con más convocatoria es “Nosotras marcamos”, un programa que enseña Gestión de Clubes e inclusión con Perspectiva de Género. Son tres talleres que explican qué es la perspectiva de género, por qué es importante integrarla en el deporte, cómo se integra y cómo se previene el abuso infantil y la violencia de género. Este programa es gratuito y está dirigido a integrantes de clubes de mujeres y ramas femeninas.
Según Burgos, esta iniciativa reunió a alumnas de cuatro países de Latinoamérica, y a una audiencia de cien mujeres vía on line, entre las que destacan dirigentas, jugadoras y entrenadoras.
“El diálogo que se generó evidenció la urgencia de las demanda por ganar espacio y lograr equidad en el desarrollo deportivo femenino”, señala.
¿Qué exigen las mujeres de la práctica deportiva?
Las mujeres claman por espacios que la sociedad les ha negado, piden lo mismo que los chilenos gritaron en el estallido social: dignidad. La mujer en los clubes de barrio no tiene acceso a las canchas porque los horarios de preferencia lo ocupan los hombres, no tienen ropa deportiva, usan la ropa prestadas de los equipos de los hombres, la infraestructura sanitaria, camarines y baños, son espacios indignos para ellas. En resumen, existe una carencia de inclusión en toda su multidimensionalidad, desde la participación en la dirigencia hasta la indumentaria.
¿Cómo proyectas Fundación Clubes?
Hace un par de semanas tuvimos una reunión estratégica con el comité deportivo y lo que buscamos es que la Fundación Clubes se convierta en un referente en la construcción de contextos socio deportivos integrales e inclusivos en Latinoamérica, buscamos financiamiento internacional y también nacional para lograr una red de clubes de barrios del Continente. Ahora estamos uniendo voluntades y llegará el día en que veamos a los clubes como núcleos sociales en sus barrios y uno en cada barrio de Chile.