Con amplia experiencia internacional, a contar de este semestre, Bárbara Boggiano se incorporó al cuerpo académico de la FEN para impartir la asignatura de Macroeconomía. PhD Ciencias Económicas, University of Leicester (Leicester, Reino Unido, 2020), la académica tiene estudios en universidades de Argentina, Estados Unidos y Reino Unido y su trayectoria laboral contempla su rol de investigadora en instituciones de Canadá y Alemania.
Bárbara Boggiano es porteña (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina) y apenas terminado su pregrado en Licenciatura en Economía, en la Universidad Católica Argentina (Buenos Aires, Argentina, 2011) emprendió su carrera de posgrados: magister en Economía, Universidad de San Andrés (Buenos Aires, Argentina, 2013); Ms Economics, Arizona State University (USA, 2015) y PhD Economics, University of Leicester (Leicester, Reino Unido, 2020).
Sobre su trayectoria laboral, en su CV destaca: “Fui investigadora postdoctoral Mitacs en la Universidad de Alberta y en el Banco de Canadá. Antes de eso, fui investigador postdoctoral en la Cátedra de Política Económica de la Universidad de Potsdam e investigador postdoctoral en el Departamento de Economía de la Universidad de Hamburgo y en el Centro de Economía de la Salud de Hamburgo (HCHE).”
Este año cumple 10 años viviendo fuera de su país natal; llegó en agosto de este año – desde Canadá- a Chile. Sus áreas de interés en materia de investigación están centradas en la Microeconometría Aplicada, incluyendo temas de Salud, Género y Economía Laboral y Finanzas del Hogar.
Dentro de sus publicaciones: “Efectos a largo plazo de la Guerra del Paraguay (1864-1870) sobre la violencia conyugal”; “El costo contemporáneo de la contaminación por material particulado en la atención médica” (tomando como referencia una ciudad de Reino Unido). Actualmente está trabajando sobre “El pago de la deuda y la lenta reducción de la riqueza de los adultos mayores” (basándose en una experiencia que se desarrolla en Canadá), entre otros proyectos.
Damos la bienvenida a Bárbara a través de esta entrevista:
¿Por qué elegiste Licenciatura en Economía?
Yo venía con la idea de chica. Mi papá es contador, pero se dedica a finanzas. Mi mamá es anticuaria y estudió Historia, se especializó en Historia del Arte y después, más aún, en Historia del Mobiliario. Entonces, en mi casa siempre hubo como dos temas latentes: la matemática, con la cuestión financiera y económica en mente, y la Historia. Y la carrera de Economía como que combinaba bien ambos temas.
¿De qué manera?
La historia del pensamiento económico desde un principio, desde la idea de la palabra economía—que es la administración del hogar—, en adelante, es clave para entender cómo evolucionan las sociedades en general. Y, no sólo la historia del pensamiento es importante, sino que, asimismo, cada evento histórico tiene su contrapartida en un evento económico que estudiamos en historia económica. Todos los eventos, todos los que yo llamo mojones históricos en la historia de la humanidad, tienen algún incentivo económico detrás.
Tu trayectoria académica y laboral ha estado marcada por una carrera que ha implicado vivir 10 años en el extranjero ¿recomendarías a tus estudiantes este tipo de experiencias?
Adaptarse a otro lugar no es fácil. Cada país tiene sus normas, pero empiezas a tener esa capacidad de adaptarte a lo que la vida te va presentando, lo cual es fantástico. Entonces, lo que yo siempre digo es si uno se va, se tiene que ir muy preparado, o sea, todo lo que uno pueda prepararse antes de irse le va a allanar el camino cuando esté del otro lado. No es simple irse, tiene un montón de beneficios, pero también tiene sus costos. Entonces, nada es color de rosas, ni el pasto siempre está más verde del otro lado, pero, a la vez, está bueno pegar saltos y crecer y mostrarse a uno mismo que uno tiene un montón de capacidades que ni se imaginó que tenía.
Tu área de investigación es la Microeconometría Aplicada y tus intereses están centrados en cuestiones de género, pueblos subrepresentados y estudios de minorías visibles. ¿En temas de género te declaras feminista?
Si tuviera que ponerme una etiqueta muy simplista, sí, pero las expresiones agresivas y violentas, obviamente, no; eso no me representa, pero sí el entender que estudiamos brechas de género en el salario o que estudiamos, en mi caso, violencia de género, porque son problemáticas que existen y si no las estudiamos, no se entienden.
¿Y sobre pueblos subrepresentados? ¿a qué se refiere?
En general, los adultos mayores, niños, mujeres y minorías visibles están subrepresentados en la ciencia. Siempre es interesante pensar que entiende la mayoría por, por ejemplo, la cantidad de calorías diarias que una persona debería consumir. Si yo te pregunto eso, me dirías 2.000 calorías diarias. Y eso está pensado en un hombre adulto de 18 a 25 años, de contextura occidental. Eso no representa a un niño, no representa a un adulto mayor, no representa a una mujer, no representa otros orígenes. Y nosotros tendemos a hacer mucha estadística y mucha ciencia en base a la persona representativa que tiende a ser hombre de determinada edad, de determinado origen.
¿Se podrá sacar hasta el 100 % de la gente de la pobreza? Creo que no, porque después vamos a cambiar las definiciones de pobreza para que se ajusten a la evolución de la sociedad. Lo que sería positivo, porque hoy no tenemos la misma definición de pobreza que hace 100 años, ni hace 100 años se tenía la misma que en la Edad Media. Y ahí, volvemos a la historia económica y a la historia del pensamiento económico, a entender que las cosas evolucionan, que tienen un carril y que hay maneras de mejorarlas.
¿Por qué te interesaron estos temas?
Siempre cuento el mismo caso, porque para mí fue un antes y un después. Yo estaba en la UCA, estaba haciendo mi primer trabajo de campo como ayudante de investigación. La Universidad había cambiado el eje de la investigación y, en vez, de hacer análisis de pobreza en el interior del país empezaron a tener un enfoque que me pareció muy válido para el momento: analizar la pobreza que está cerca de casa. La Universidad está en Puerto Madero y a menos de 20 cuadras de la universidad hay lo que nosotros llamamos un barrio carenciado o una villa o un barrio humilde y ese contraste es muy marcado. En uno de esos proyectos -con los profesores con los que yo trabajaba-analizaba el efecto de las organizaciones no gubernamentales en el desarrollo de capacidades de las personas en ámbitos vulnerables. En ese proyecto, me tocaron varios trabajos entre los que destaco entrevistas a mujeres y hombres de familias monoparentales y qué desafíos tenían y si estas organizaciones le daban apoyo y qué apoyo faltaba.
Ese proyecto, me abrió los ojos, porque un día me tocó entrevistar a una chica de mi edad que vivía a 20 cuadras de mi casa y nuestras vidas eran agua y aceite. Ella tenía un nene chiquito y estaba embarazada del segundo. Estaba contenta, porque se había podido construir su casa atrás de la casa de la mamá y porque su marido había conseguido trabajo fuera del barrio. Pero cuando comenzamos a charlar al respecto del trabajo de su marido, su cara cambió cuando me explicó que él tuvo que mentir en la dirección, porque cómo todos los habitantes del barrio sabían, si decían su dirección real no les iban a dar trabajo. Eso a mí me cambió la cabeza. Fue un golpe duro de realidad, porque yo nací donde nací y ella nació donde nació. A mí me tocaron privilegios, una casa, un lugar sin carencias. No es que las daba por sentadas, pero tampoco me las ponía a reflexionar.
Es difícil salir de la pobreza
Es lo que la literatura llama la trampa de pobreza. No voy a negar que si te doy incentivos que no son realistas, dejan de ser incentivos. Si lo que yo te pido es inalcanzable, es muy difícil. ¡Ojo!, está el unicornio que lo hace, pero es uno. El resto piensa: yo no voy a llegar nunca. Entonces, es muy complejo. ¿Por qué cuesta tanto? ¿Y qué es lo que podemos hacer para que esto no pase? ¿Dónde se puede apuntalar? ¿Se podrá sacar hasta el 100 % de la gente de la pobreza? Creo que no, porque después vamos a cambiar las definiciones de pobreza para que se ajusten a la evolución de la sociedad. Lo que sería positivo, porque hoy no tenemos la misma definición de pobreza que hace 100 años, ni hace 100 años se tenía la misma que en la Edad Media. Y ahí, volvemos a la historia económica y a la historia del pensamiento económico, a entender que las cosas evolucionan, que tienen un carril y que hay maneras de mejorarlas.
En agosto te incorporaste ¿por qué elegiste la universidad Alberto Hurtado?
Tuve entrevistas con universidades de un montón de lugares, en distintas partes del mundo. Y la realidad es que la entrevista donde me sentí más cómoda fue acá. Y desde que llegué fue un placer, desde que tuve la primera entrevista con los profesores de la Facultad.
El sello de la FEN y de la UAH está puesto en el bien común ¿te identifica?
Está en la raíz de lo que te contaba al principio, de esta anécdota que a mí me cambió la cabeza.
¿Las disciplinas de la Economía tienen que estar al servicio del bien común? ¿se pueden concebir de otra manera?
Yo creo que no es taxativo, que no es una sola. No hay una sola manera de hacer ciencia. No es que el que hace ciencia por el bien común, por la política pública y para cambiar ciertas cosas que considera que requieren cambio, es la única manera de verlo, pero es la manera en la que yo me siento cómoda viéndolo. Verlo de otra manera no tiene ningún demérito. Es, simplemente, otra manera de verlo.
¿Qué pueden esperar tus estudiantes de tus clases? ¿Cómo las planteas?
En principio, quiero que salgan de la clase pudiendo abrir un diario y entendiendo las mecánicas que están detrás del título de la noticia, tanto económicas como también sociales. Porque hay un montón de noticias que son sociales, pero que tienen un trasfondo, al final del día, económico. Entonces, yo quiero que puedan entender lo que está detrás. Esta semana vamos a cubrir, por ejemplo, la renta nacional y quiero que entiendan de dónde viene esta noción de la renta nacional, del producto nacional, qué son gastos, qué son ingresos, cómo se manejan los mercados, cómo están interrelacionados los mercados de bienes y servicios con los mercados financieros y cómo están relacionados los consumos que hacemos hoy con los consumos del futuro, tanto como personas como sociedades. Y todo eso, cómo se refleja en lo que vemos todos los días.