Por Carlos J. García, Ph.D. en Economía, Universidad de California, Los Angeles, Estados Unidos. Académico FEN.
Publicado en revista Observatorio Económico Nº 85, 2014.
La economía chilena se está desacelerando, ¿qué está causando este fenómeno? Pongámonos un sombrero de Sherlock Holmes, busquemos una buena lupa (puede ser anteojos también) y busquemos en la biblioteca buenos libros de economía y emprendamos la investigación.
El primer sospechoso es la reforma tributaria (por favor lea este párrafo con voz siniestra y ronca, los impuestos siempre son eso: siniestros y odiosos, especialmente en abril de cada año). El resultado de la investigación arroja rápidamente que la reforma tributaria debería ser expansiva y no contractiva. Sí, cómo usted lee (no se espante, en un crimen atroz el sospechoso número uno no es el culpable principal). Pero, ¿por qué una reforma que sube los impuestos a las utilidades de las empresas podría ser expansiva? Las huellas que deja una buena subida de impuestos que pueda arruinar a varios contribuyentes no es prueba suficiente de culpabilidad.
Los economistas hemos aprendido que las expectativas de los agentes económicos son vitales para explicar muchas de las fluctuaciones que se registran en la economía. En efecto, si los agentes económicos son avisados que ocurrirá un cambio de política en el futuro tomaran decisiones en base a esta nueva información. Por ejemplo, si se avisa que el precio de los televisores aumentará en el largo plazo, los consumidores comprarán hoy más televisores. Por lo tanto, se producirá un mini boom del mercado de televisores antes que definitivamente suban el precio y su demanda baje.
Por lo tanto, el momento en que cambian las políticas y afectan los precios es vital para entender los cambios que se observaran en la economía. Así, una de las principales características será que el aumento de impuestos de la reforma tributaria ocurrirá en algunos años más y no en forma instantánea. Para ponernos a tono con las series CSI o Las Vegas, llamaremos a esto el ADN de la reforma. Entonces, como en el ejemplo de los televisores, la inversión debiera aumentar. Por extraño que parezca el resultado de la reforma tributaria sobre la economía chilena durante el 2014 debiera ser una expansión de la inversión y por tanto de la economía.
Incluso más paradójico. Desde el momento que el actual gobierno avisó que los impuestos subirían, estos se volvieron, para las empresas, instantáneamente menores que aquellos que perseveraran en el futuro. Entonces la economía chilena en su ajuste hacia este nuevo escenario, transitará de una situación de impuestos bajos hacia una situación con impuestos más altos. Por lo tanto, empresarios deseosos de aumentar sus utilidades debieran adelantar sus inversiones y con ello, se debería experimentar todo un proceso positivo en la economía. En efecto, las nuevas inversiones debieran impulsar el empleo, los salarios y el consumo.
¿Será que este argumento es pura teoría económica y nada de realidad? No, la evidencia en muchos países muestra que la anticipación de aumentos o caída de los impuestos produce los efectos contrarios a los esperados. La realidad siempre es más compleja que unas simples reglas basadas en el sentido común. ¿Es lo mismo un dolor de estómago o de cabeza?
Sólo un buen doctor con muchos años de experiencia y estudios podrá diagnosticar la enfermedad exacta y los remedios precisos que recetar. La economía y su estudio (la teoría económica y su medición) es siempre más compleja que las conclusiones que se pueden sacar con un par de datos aislados.
Resultado del primer sospechoso: inocente! La prueba de ADN es concluyente; la reforma tributaria no tiene nada que ver con la desaceleración.
Sin embargo, aún no respondemos la pregunta esencial de esta columna: la economía se está desacelerando. ¿Por qué? ¿Quién es el culpable de este crimen que quiere aguarnos las fiestas patrias, de fin de año, de navidad, de verano, etc.?
El doctor John H. Watson diría “son los factores externos, esos malhechores, siempre no han arruinado las fiestas en el pasado”. Pero no es obvio, mi estimado Watson. El escenario externo no registra cambios importantes o dramáticos respecto de meses anteriores (precio del cobre, del petróleo, crecimiento de China, etc.) Entonces, ¿Que está fallando en la economía chilena para que se registren tan malos resultados en términos de crecimiento? El segundo sospechoso queda también libre de culpa, por lo menos esta vez!
¿Será que la incertidumbre está arruinando la economía? Podría ser…hay evidencia que shocks de incertidumbre estén afectando las decisiones de inversión y consumo. El único problema con este nuevo sospechoso, es que es una bolsa de gatos, y es muy difícil de caracterizar. Además, las políticas del actual gobierno ya son lo suficientemente claras: subir impuestos gradualmente para aumentar el capital humano de los trabajadores a través de más inversión. Este sospechoso es demasiado difuso, tampoco hay evidencia suficiente para encontrarlo culpable.
Quién es entonces, nuestro profesor Moriarty (principal enemigo de Sherlock Holmes, siniestro y con extraordinarias capacidades intelectuales).
Como expliqué anteriormente las expectativas sobre el futuro son claves para explicar muchas de las variables macroeconómicas. ¿Estará el culpable, como en muchos crímenes, entre nosotros mismos? Será que el abuelito dulce o el vecino desinteresado es el que termina acuchillando a la víctima, después de torturas inacabables, cortándola en pedacitos y cocinándola en aceite hirviendo. Parece que sí.
Díganme ustedes de qué se trata la reforma tributaria. Salvo un par de técnicos del gobierno y unos cuantos políticos, creo que nadie más sabe qué es. Acaso, en su banco o su contador (con cara que lo entiende todo) no le mostraron una serie de nuìmeros y Usted no entendió absolutamente nada? Es probable. Y si, en vez, contestoì que entendioì para no quedar como idiota, pero en reali- dad (seamos sensatos) no entendioì ninguìn carajo de esos garabatos mal escritos. No se preocupe, los otros tampoco.
Sin duda, la reforma tiene buenas intenciones, las mejores del mundo, pero su discusión ha sido terrible, incluido la famosa retro excavadora y otras tantas declaraciones. Además, a esta altura, es difícil saber cómo terminará: lo único claro es que pagará más. Los nostálgicos dicen que la reforma ya no se parece nada de lo que inicialmente se planeó.
Pero siempre, como en buen crimen de TV o de libro de crímenes negros, hay un cómplice. La actitud de los empresarios, sin duda. Creen que la rentabilidad de sus inversiones será menor. Y es muy fácil parar las inversiones si dicha creencia se materializa. Es cosa de leer la prensa para darse cuenta que el infierno está cerca o que, detrás de la escena, hay una vuelta al viejo socialismo (otro sospechoso libre de culpa por improcedente, ya falleció y un muerto es un muerto, es decir, no puede cometer un crimen).
Caso cerrado: al gobierno le ha faltado claridad en la implementación, a los políticos mesura (y no usar vehículos extraños como retro excavadoras!) y los empresarios han pecado de exceso de temor a los cambios necesarios, impulsada por mucha prensa alarmista. Resultado final del crimen, hemos perdido todos con una desaceleración que costará crecimiento y empleo.