Eugenio Giolito, Perfil Argentina, Domingo 9 de Octubre del 2011
Los hombres usan la billetera para desplazar a los jóvenes. La fecundidad tiene un papel clave.
Por qué muchas mujeres jóvenes se casan con hombres mayores. Por qué las adolescentes se embarazan. Por qué las parejas tienen menos hijos. El estudio económico del comportamiento de la familia o Family Economics arrancó en los 60, cuando, tras el “baby boom”, en los EE.UU. creció la participación laboral de la mujer, y se extendió en los 70 con los desarrollos del economista Gary Becker. Tomando a la familia como una unidad de producción, Becker aplicó la teoría neoclásica de la empresa al matrimonio. También usó la teoría del consumidor para explicar la fertilidad, que sintetizó como una curva de demanda de hijos por parte de los padres.
Casi cuarenta años después, estos modelos se siguen usando. Pero hubo contribuciones de la sociología, por lo que “la Family Economics se define como la aplicación de los métodos de la economía al comportamiento humano en aspectos no estrictamente económicos”, explicó a PERFIL el economista rosarino Eugenio Giolito, profesor de la Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile, cuyo trabajo “es encontrar relaciones de causa y efecto en el comportamiento de las personas”.
—¿Cuál es su hipótesis central?
—Estudio la edad del matrimonio –que viene demorándose de forma ininterrumpida en las últimas décadas– y, particularmente, la diferencia de edad entre hombres y mujeres. Los hombres tienden a casarse más tarde que las mujeres. Cuando alguien se casa más grande es más probable que lo haga con alguien más joven. Tradicionalmente, esto se explicó con un modelo de oferta y demanda. Por ejemplo, diciendo que, como el período fecundo de la mujer es más corto que el del hombre, las mujeres fértiles son escasas con respecto a los hombres, que “compiten” por ellas. Los ingresos tienden a crecer con la edad, por lo que, según esta teoría, algunos hombres mayores usan la billetera para “compensar” la edad y así desplazar a los jóvenes de la competencia.
—¿Los ingresos lo explican todo?
—Yo pongo en tela de juicio la importancia de los ingresos en este fenómeno, especialmente en Occidente. La causalidad es inversa: la diferencia de edad se produce porque, a cierta edad, las mujeres se ven más apuradas por casarse, haya o no diferencias en los ingresos. Con datos de los EE.UU., muestro que los perfiles crecientes de ingresos sólo retrasan o adelantan el matrimonio pero no tienen nada que ver con la diferencia de edad, determinada casi exclusivamente por el componente biológico. La relación “a matrimonio más tardío, más diferencia de edad” se debe al equilibrio demográfico en la población de solteros: si tengo 40 años es mucho más probable encontrar gente soltera de 30 que de mi edad.
—¿La familia mutó porque cambiaron los modos de producción?
—No es sencillo saber cuál es la causa original. El enorme crecimiento tecnológico del siglo XX hizo que la demanda de trabajo sea cada vez más calificada y aumentó los retornos a la educación. En términos de Becker, hubo incentivos para tener menos hijos e invertir más en ellos. Al mismo tiempo, al requerir más capital humano que “fuerza bruta”, eliminó la ventaja comparativa de los hombres. Además, el progreso tecnológico impactó en el hogar, lo que liberó tiempo. Así, gran parte de la especialización de la mujer en las tareas del hogar fue innecesaria y comenzó a trabajar en el mercado a la par del hombre. Además, la automatización de la industria hizo que los ser- vicios generaran más empleo. Por todo eso, a distinto ritmo en cada país, los roles de géne- ro son cada vez menos impor- tantes tanto en la casa como en el mercado.
◆ Si alguien se casa más grande crecen las chances de que su pareja sea más joven.
◆ Tradicionalmente, esto se explicó porque, como la fecundidad femenina
es más corta, las mujeres fértiles son escasas con respecto a los hombres.
◆ Según esta teoría, como los ingresos tienden a crecer con la edad, algunos hombres mayores los usan para desplazar a los jóvenes.
◆ Pero, para el economista Eugenio Giolito, la diferencia de años se produce porque, a cierta edad las mujeres están más apuradas por casarse, más allá de los ingresos.
◆ Una billetera abultada sólo acelera el proceso.
Publicado en la edición impresa de PERFIL