Columna de Carlos García en El Mostrador / Restricciones al crecimiento del 2021

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Por: Carlos García

Las actuales proyecciones económicas se están sesgando al alza más por los deseos de crecer de los analistas que por hechos objetivos. Sobre todo, en un escenario tan complejo –y por qué no decir grave– como el actual.

Fuente: El Mostrador

Primero, empecemos por el crecimiento que debemos recuperar, la caída del PIB el 2020 en Chile fue de -6.0%. Esta caída está dentro del rango superior experimentado por el mundo, es decir, la fuerza de la crisis en nuestro país fue mayor que la experimentada en promedio en varios otros países. Segundo, las expectativas económicas en enero del 2020 eran de un crecimiento para ese año de 1,2%. En consecuencia, sumando la caída del PIB, -6.0%, y lo que no se creció el 2020, 1,2%, tenemos que se perdió un 7,2% de crecimiento del PIB el año pasado.

Con relación a los recursos que contamos, tenemos que la fuerza de trabajo en igual período se contrajo dramáticamente, básicamente contamos con un millón menos de empleos. Por otro lado, la formación bruta de capital fijo cayó en un -11,7% y la importación de bienes intermedios necesarios para la producción de bienes finales cayó en casi un -14.0%. Adicionalmente, el precio del petróleo WTI era de 57,5 dólares el barril, en cambio, en junio del 2021 fue de 71,3.

En forma paralela, nos hemos beneficiado con aumentos espectaculares del precio del cobre de 2,7 dólares la libra a 4,4 en igual período del aumento del precio del petróleo. Por el lado de la política económica el comportamiento ha sido dispar, la deuda pública el 2020 subió en 4,2% del PIB, que es comparable con el soporte que han hecho otras economías emergentes para enfrentar la emergencia de la crisis. El esfuerzo del gobierno se ha focalizado exitosamente en la vacunación. Lamentablemente, el Banco Central subió sorpresiva y desentonadamente –con relación a sus contrapartes internacionales– su tasa de política a 0.75%.

Con todos estos antecedentes podemos definir tentativamente la factibilidad de diferentes escenarios. Así, es muy poco probable alcanzar un crecimiento de hasta el 9%, porque la economía no tiene los recursos ni la política económica para llegar a su crecimiento potencial este año –6% de recuperación más 3% del PIB potencial–. En cambio, si la vacunación sigue siendo efectiva, el Banco Central no sigue subiendo la tasa de interés y nos zafamos razonablemente bien de la variante Delta, sí podríamos adicionar el 1,2% esperado en enero del 2020 para el 2021, fecha previa a que se materializaran las expectativas más negativas sobre los efectos de la pandemia. En ese caso, podríamos llegar a aproximadamente a un 7,2% o algo más.

Este último porcentaje, nos permite establecer un intervalo más realista para el crecimiento el 2021: entre el 6,0% y el 7,2%. La gran incertidumbre es el efecto de la diseminación de la variante Delta. Si este efecto es suficientemente negativo, entonces estaremos más cerca del 6,0% que un 7,2%. Si bien el Imacec de junio fue alto respecto al año pasado, creció un 0% respecto a mayo del 2021, es decir, la economía se recupera, pero no se expande.

Por tanto, será clave en los próximos meses tener las fronteras cerradas, evitar expectativas excesivas de recuperación, trazar a los infectados y sus contactos cercanos y estar preparado para una tercera dosis para grupos sensibles de la población, como lo está haciendo Israel para los mayores de 60 años. En caso contrario, podríamos poner en riesgo todos los buenos deseos para el 2021.

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