“Mi compromiso es con la universidad, con los estudiantes, con la facultad y con mis colegas, para eso trabajamos todos los días: para darle la mejor enseñanza a los alumnos/as. Progresar en materia científica y potenciar con las capacidades que cada uno tiene el proyecto de la universidad”, ese el desafío del nuevo director del Departamento de Gestión y Negocios de la FEN, Rafael Romero, DBA en Finanzas de la Boston University (EE. UU.).
Estudió Ingeniería Comercial, en que asegura que: “Al corto andar a uno le gusta la carrera. Se da una relación entre esfuerzo y recompensa: si estudiabas te iba bien, si no estudiabas te iba mal”. Justo luego de haber obtenido su licenciatura, en el segundo semestre de 1987, se inauguró el Master of Arts in Economics del Instituto Latinoamericano de Estudios Sociales (Ilades) en conjunto con la Universidad de Georgetown. Se inscribió y fue así parte de la primera promoción del emblemático Programa de Ilades-Georgetown, pero, sobre todo, enfatiza: “…de alguna manera fui alumno fundador de esta Facultad de Economía y Negocios”, evocando los cimientos de la FEN. De ahí ya trazó su camino académico, obteniendo después un Doctor of Business Administration (DBA) en Finanzas de la Universidad de Boston, EE. UU., siendo profesor investigador en varias universidades; director de Magíster en Finanzas en las universidades de Chile y Adolfo Ibáñez. Además, ha obtenido varias becas y premios y a su haber ya tiene más de 20 publicaciones internacionales. Tiene también el récord de ser el primer chileno en trabajar como consultor en proyectos de la OCDE en París, cuando todavía Chile no era miembro y fue el primer funcionario del Ministerio de Obras Públicas en obtener la Beca Presidente de la República. Ha trabajado también en el sector privado y desde hace 2 años es miembro suplente del Consejo Técnico de Inversiones, cuyas actividades son coordinadas con la Superintendencia de Pensiones, siendo la Previsión Social un tema que le apasiona. De hecho, su tesis doctoral la hizo sobre esta materia.
Y sin perder nunca la sonrisa y el humor, Romero se define como una persona: “Feliz con su trabajo.” Dicta clases de finanzas para las carreras de Ingeniería Comercial y Contador Público y Auditor, en sus versiones vespertino y diurno, así como para el Magíster en Administración de Empresas- MBA. Ha sido muchas veces requerido por la prensa para recoger su opinión sobre contingencia económica. “Ahora que la inflación es alta, es un tema muy requerido por los medios de comunicación. Escribí un artículo para el Observatorio Económico en que interpreto una baja tasa de inflación como un bien público”, comenta.
Asumió el cargo de director del Departamento de Gestión y Negocios en mayo: “Es una posición que me permite participar mucho más activamente en los desafíos de la facultad y de la universidad”. A su juicio: “El tema de la investigación es central porque la Alberto Hurtado es una universidad compleja, está acreditada en todas las áreas. Y una de las áreas es la investigación. Por lo tanto, no podemos bajar la guardia en eso. El próximo desafío es impulsar el proyecto de crear un programa de doctorado de la facultad de economía y negocios”.
De estos desafíos y otros temas conversamos con Rafael Romero
¿Por qué elegiste Ingeniería Comercial entre todas las posibilidades que tenías?
Elegí esa carrera porque combinaba diversos temas que me llamaban la atención. Por ejemplo, siempre me gustaron las matemáticas, los temas sociales y de empresas.
¿Las matemáticas te gustaban?
Siempre me gustaron las matemáticas, siempre saqué buenas notas. En la Prueba de Aptitud Académica (PAA) saqué buen puntaje, suficiente para elegir entre múltiples carreras.
¿Te enamoraste de la ingeniería comercial?
Al corto andar a uno le gusta la carrera. En cierto sentido sí, enamorado de la carrera. Lo bueno es que se ajustaba a mis habilidades: si estudiabas te iba bien, si no estudiabas te iba mal. Uno estudiaba, se preocupaba, entendía cosas. Finalmente seguí con la mención en Economía. Me llamaba mucho la atención el poder entender el mundo, como se desarrollan los países, pensar en políticas económicas, comprender la importancia que tienen los incentivos económicos a nivel de las personas y empresas.
De Ingeniería Comercial, en la Universidad de Chile, egresé en 1987, solo me faltaba el examen de grado. Justo ese año, en el segundo semestre, se abre este programa Master of Arts in Economics que lo daba Ilades con Georgetown University. Fui la primera promoción de ese programa, así que desde ese punto de vista soy parte de los alumnos fundadores de la Facultad de Economía y Negocios.
Terminando ya la carrera surge esta posibilidad de Ilades, en que el cuerpo de profesores era envidiable. En esa época no había muchos profesores con grado de doctor en Chile. Y justo este programa aglutinaba un cuerpo académico de lujo, casi no existía en otras partes de Chile. Así que postulé, y obtuve la Beca Konrad Adenauer (1987-1989) para poder estudiar el Magíster.
¿Fuiste entonces protagonista de la historia de Ilades y de la FEN?
Claro, de alguna manera fui uno de los alumnos fundadores de esta Facultad, uno de los primeros alumnos de esta Facultad desde ese punto de vista. Era el Master of Arts in Economics de Georgetown University y las clases se desarrollaban donde ahora funciona la Casa Central.
¿Sigue el espíritu Ilades en la FEN?
Sigue ese espíritu. Mis clases se desarrollaron en la Casa Central, operábamos en el segundo y tercer piso. El que fue el ex decano fundador de la facultad, Jorge Rodríguez Grossi, fue mi profesor en esa época. El actual decano interino, Eduardo Saavedra, fue compañero mío, fue parte de esa primera promoción.
Se perciben como una familia comprometida
Lo somos. Ese compromiso lo queremos plasmar para entregar lo mejor para nuestros estudiantes y la universidad. Y en eso estamos trabajando, con la responsabilidad propia de este cargo.
Desde esa experiencia, de alumno fundador ahora a director del Departamento de Gestión y Negocios, ¿cómo ves esta transición?
En principio tengo que reconocer que siempre he sido de bajo perfil, nunca he estado persiguiendo los cargos. Ser director y ese tipo cosas no las persigo. A veces las oportunidades llegan y hay que tomarlas.
¿Te gusta más la docencia e investigación?
Me gusta enseñar y también investigar. Es parte del trabajo porque se entiende que con la investigación y publicación se está generando nuevo conocimiento que se puede transmitir a las y los estudiantes. Entonces la idea también es poder entregar más conocimientos a través de la investigación relevante a los estudiantes.
Y dada las orientaciones que está tomando la Facultad actualmente, es responsabilidad principal de los directores de departamentos preocuparse del tema de la investigación, incentivar a buscar nuevos recursos para poder financiar estas actividades.
¿En general en el país es escaso el financiamiento para las investigaciones académicas?
En Chile se cuenta con financiamiento a los proyectos Fondecyt. En general los Fondecyt que se entregan al año en el país son como diez, pero si empiezas a sumar los economistas que hay con la gente de Administración somos más de 200. Así, es extremadamente difícil ganarse un Fondecyt, por eso es muy prestigioso.
¿Debería entonces el Estado inyectar más recursos?
Es una tarea pendiente, el brindar más financiamiento para la investigación. Estos 10 fondos (Fondecyt) que se asignan al año vienen siendo así en los últimos -que recuerde- 15, 20 años, no hay un aumento. Todas las facultades de Economía y Negocios de Chile compiten por esos 10 cupos. Uno esperaría que se asignaran una mayor cantidad de fondos. Por ello, el desafío es buscar fuentes alternativas de financiamiento que permitan financiar la investigación. Por ejemplo, la universidad provee también de fondos de investigación.
Y retomando la historia, ¿después del Magíster en Ilades qué pasó?
Luego de trabajar en el sistema bancario decidí aumentar mis conocimientos, así que postulé a distintas universidades fuera del país, postulé a la beca Presidente de la República y me cambié al Ministerio de Obras Públicas. Estando ahí me gané la Beca Presidente de la República. Fui el primer funcionario de dicho Ministerio que se ganaba esa beca.
¿Por esos años fuiste consultor de la OCDE?
Estaba en Boston realizando mi tesis doctoral y surgió una oportunidad por un profesor con el cual estaba trabajando quien me recomendó. En esa época (1998) Chile no era miembro de la OCDE. Si bien iba como consultor externo, fui el primer chileno en trabajar para la OCDE.
A tu haber tienes más de 20 publicaciones, ¿cuáles fueron las últimas?
El año pasado tuve 3 publicaciones en revistas internacionales. Un par de ellas un poco aprovechando la pandemia, que en esa época tuvo mucha fuerza el ver su impacto en los mercados financieros. Hicimos un trabajo para América Latina y otra fue comparando América Latina y Estados Unidos en la misma línea.
¿A qué conclusiones llegaron?
La pandemia generó disrupciones importantes en los mercados financieros. Básicamente estudiamos la volatilidad: ¿Qué tan variable son los movimientos de los precios? Y encontramos que, efectivamente, la pandemia tuvo un impacto importante al que los reguladores tenían que prestar atención. La regulación tiene que ir de la mano con lo que está pasando en el mercado, porque si el regulador lo deja funcionar sin intervenir se pueden generar crisis importantes para los distintos mercados financieros. En esa línea iba: ver la pandemia comparada con períodos sin pandemia, cómo impactaba esta volatilidad.
¿Estos temas que te apasionan?
Por supuesto, pues son temas contingentes que utilizo también en mis clases con el objetivo de entregar conocimiento a mis estudiantes. También surgen temas que sirven para desarrollar la extensión a través de medios de prensa escritos, radiales y televisivos.
¿Qué desafíos te planteas?
Los roles del departamento han ido cambiando. Hoy tenemos un área que ve temas de programas de extensión y con respecto a los postgrados tenemos un director, así como otro de pregrado, o sea, tenemos más estructura. Por lo tanto, desde ese punto de vista, las responsabilidades del director del departamento se centran en la investigación. El director también participa en el Comité de Gestión que es de la Facultad. Ahí vemos todos los temas de la Facultad.
¿Por qué razón es tan central la investigación?
El tema de la investigación es central porque la Universidad Alberto Hurtado es una universidad compleja, está acreditada en las cinco áreas por cinco años: Gestión institucional, Docencia pregrado, Investigación, Vinculación con el medio y Docencia de postgrado. De las 46 universidades acreditadas, solo 16 de ellas, están acreditadas en las cinco áreas. Una de las áreas es la investigación, y cerca de la mitad de las universidades están acreditadas en esta área. Por lo tanto, debemos mantenernos y mejorar.
¿El Plan Estratégico de la FEN seguirá su curso?
El Plan Estratégico fue hecho entre todos los académicos/as. Luego habrá que evaluar qué cosas faltan, cómo nos desviamos del plan, pero el Plan Estratégico sigue.
¿Hay espacios para imprimir un sello personal en el departamento?
Mi rol es trabajar para el éxito de la Facultad y el éxito de la Universidad. La idea es alinear el esfuerzo de todas y todos. Entender que el proyecto común es la universidad. Mi compromiso es con la universidad, con la facultad, con los estudiantes y con mis colegas. Para eso trabajamos todos los días: para darle la mejor enseñanza a los estudiantes. Progresar en materia científica y potenciar con las capacidades que uno tiene el proyecto de la universidad.
En ese contexto, ¿hay metas ambiciosas?
Primero mantener lo que tenemos. El año pasado fue muy bueno, en que tuvimos muchas publicaciones internacionales. Este año se han integrado tres nuevos académicos, los que fortalecen nuestra docencia e investigación.
El proyecto de doctorado de la facultad también en un desafío importante. Por nuestra parte, los académicos deben cumplir con los requisitos para calificar como miembros del claustro.
¿Tendrás el tiempo para publicar?
Sí, tengo que hacerme el tiempo. Lo que pasa es que uno también puede hacer investigaciones más científicas, como también más aplicadas. Hay temas muy aplicados, muy interesantes que uno igual los trabaja en paralelo, y que, si bien no son para revistas internacionales, sí lo son para revistas locales. Me gusta participar en la Conferencia Académica Permanente de Investigación Contable (CAPIC), en la que, por dos años consecutivos, yo y mi equipo ganamos premios como uno de los mejores papers, fue el 2019 y 2020. Ganamos el premio al mejor ensayo académico. Era sobre las nuevas normas Internacionales de Información Financiera. Escribí 3 papers sobre la norma en la que estaba trabajando: la NIIF 9, sobre instrumentos financieros. Lo que caracteriza a esta norma, es que tiene muchos temas financieros. El hecho de enseñar finanzas me permite contribuir con la práctica contable.
¿Cómo se conjugas tu área con el sello social y ético de la universidad sin perder los principios de la disciplina?
En el tema ético, uno enseña a los estudiantes que los conocimientos adquiridos deben ser utilizados con responsabilidad. Hay un marco conceptual básico que el estudiante tiene que conocer y, a veces, quizás no va a tener ningún sello especial, pero el tema es el complemento, el marco ético, saber actuar con consciencia.
También hay que preocuparse por la comunidad. Uno habla con los estudiantes sobre la contaminación, que hoy por hoy es un tema. Es clave que las actividades comerciales e industriales sean sustentables, es decir, puede ser perjudicial para la empresa, dañar a tu comunidad, porque en el largo plazo puede dañar la permanencia de la organización.
Así que al final tener un comportamiento ético, recto, va a beneficiar al estudiante como profesional y va a beneficiar en el largo plazo al desarrollo del país.
¿Cómo se vincula la investigación, las políticas públicas y el sello social y ético de la FEN?
Mi área de políticas públicas va por el lado del tema de pensiones. Llevo 2 años aproximadamente participando en el Consejo Técnico de Inversiones bajo el alero de la Superintendencia de Pensiones, que se generó con una de las reformas del Sistema de Pensiones de la presidenta Bachelet. Soy miembro suplente de ese Consejo nombrado por las universidades y participo regularmente en las reuniones. El Consejo se preocupa del régimen de inversiones y sus modificaciones. Por ejemplo, antes las AFP no podían invertir en oro, entonces se hicieron estudios al interior del grupo y se concluyó que en realidad un activo en que podían invertir las AFP es oro con tanto porcentaje. En eso también tiene que ver el Banco Central. Es un trabajo en que interactúan la Superintendencia de Pensiones, el Banco Central y este Consejo Técnico de Inversiones.
Mi veta más social iría por ese lado, me gusta mucho el tema de pensiones, por eso estoy en este grupo. Mi tesis doctoral la hice con temas relacionados con pensiones, por lo tanto, para mi investigación futura me interesa mucho incorporar estos temas, desde el punto de vista más técnico posible. La parte normativa muchas veces uno la tiene que sacar de la investigación. Uno tiene que dar recomendaciones que uno piensa que son objetivas.