El 15 de marzo, en el Senado, se realizó la presentación del libro “El imperativo de la seguridad en Chile: enfrentando el crimen organizado, la delincuencia y el narcotráfico”, fruto del trabajo de investigadores de la Biblioteca del Congreso Nacional (BCN). La metodología implicó una serie de entrevistas a expertos y expertas en esta materia, entre ellos, al doctor en Economía, académico del Departamento de Economía de la FEN e investigador en Economía del Crimen, Carlos Díaz, quien sostuvo que: “La persecución punitiva mediante leyes más severas, generalmente no es el más apropiado”. Un factor clave, aseguró, es la fortaleza institucional: “El crimen organizado aprovecha filtraciones institucionales y, mediante actos de corrupción, logra impunidad y crecimiento local”.
Consultado por la experiencia de participar en esta investigación, Díaz señaló que, a su juicio, el principal objetivo de este libro de la BCN es: “Contribuir al debate local sobre la delincuencia, buscando comprender mejor la transición que ha experimentado Chile desde la delincuencia «común» hacia el crimen organizado, un fenómeno que se extiende por el resto de los países de América Latina”. En esa línea, explicó que fue contactado por la BCN, a través de la UAH: “…para participar en una entrevista realizada por los investigadores responsables del proyecto”.
¿Qué importancia le atribuyes a este tipo de investigaciones?
“Este tipo de iniciativas son muy importantes. Al menos, se pueden destacar dos razones. Primero, porque acerca al Congreso la visión de académicos que se dedican a investigar esta problemática, de esta manera, se genera un puente entre quienes toman decisiones legislativas y el conocimiento que se ha acumulado sobre delincuencia y crimen organizado. Segundo, porque es un tema central en la agenda de políticas públicas de Chile. Tanto es así, que Chile se destaca a nivel mundial como uno de los países más preocupados en crimen y violencia, superando temas económicos como la inflación y el desempleo”.
Esta última afirmación, Díaz la refrendó con el informe de la empresa multinacional de investigación de mercados, Ipsos, sobre las “Preocupaciones del Mundo” correspondiente a febrero de 2024, que recoge la percepción de más de 25 mil personas en 29 países en torno a los temas que generan mayor inquietud en la ciudadanía; la conclusión es que: “Chile es el país más preocupado del mundo por el crimen, la violencia y el control de la inmigración”.
El libro de la BCN
El libro de los investigadores de la BCN aborda la transición: “…que hemos vivido como sociedad desde la delincuencia común al crimen organizado transnacional, materia que durante mucho tiempo fue elemento de estudio sólo a nivel de expertos y que hoy ya es una realidad instalada, que nos golpea en el día a día. La idea es aportar con elementos que permitan entender este fenómeno y su transformación local, lo cual no ha sido muy distinto a lo ocurrido en otros países que han sufrido este mismo fenómeno”.
En el III Capítulo “Orientar la Política Pública: La voz de Expertas y Expertos”, se examinaron las “Opciones Teóricas y Metodológicas para una Investigación sobre Seguridad y Crimen Organizado”, analizando: “Datos empíricos proporcionados por expertas y expertos, investigadoras e investigadores del fenómeno de la seguridad y del crimen organizado, desde sus distintas disciplinas de las ciencias sociales, de la criminalística o del derecho”.
Un total de ocho variables orientaron esta fase de levantamiento de datos:
- Economía del crimen (desde el punto de vista de los principales aspectos económicos del delito, es decir, todo aquello que tiene que ver con la configuración de ciertos mercados ilícitos y la organización “empresarial” de los criminales).
- Institucionalidad estatal de justicia y seguridad (fortaleza o debilidad del Estado para hacer frente al delito).
- Persecución penal (proyectos de modificación de la normativa penal, como tipificación de nuevos delitos y aumento de penas).
- Sistema de interoperabilidad de datos y control policial (cómo se utilizan y ejecutan o materializan las atribuciones policiales e investigativas establecidas en la ley).
- Control estatal del territorio (dimensión operativa orientada a los diversos actores estatales que intervienen concretamente en el territorio).
- Sistema penitenciario (por ejemplo, crecimiento de la población penal en los últimos años, con todos los problemas asociados a este fenómeno).
- Coordinación internacional (necesidad de tener acuerdos de cooperación judicial y policial e intercambio de información y la interoperabilidad de los datos entre los diversos países de la región y/o el resto del mundo y diversas agencias internacionales).
- Cohesión social, la que: “Constituye una de las variables que más asocia la literatura especializada a las causas de las problemáticas de la seguridad y del crimen organizado”, se sostiene en el libro.
Y, justamente, la definición de estas ocho variables permitió elaborar un instrumento de medición o de levantamiento de datos que: “…se definió como una entrevista semiestructurada, que fue aplicada en once oportunidades tanto a investigadoras e investigadores especialistas en el tema, así como, a abogados expertos y expertas en materia de crimen organizado”.
¿Carlos, desde el punto de vista de las variables que se manejaron para las entrevistas, cuáles a tu juicio son las más relevantes para orientar las políticas públicas en Chile?
Son todas dimensiones muy importantes y no es sencillo ignorar alguna de ella si, finalmente, se quiere arribar al diagnóstico integral que demandan los problemas de seguridad de alta complejidad. Dicho esto, existe bastante consenso (no solamente entre los entrevistados por los autores del libro, sino en general) que el camino de la persecución punitiva mediante leyes más severas generalmente no es el más apropiado. Si bien, es una ruta tentadora para los gobernantes y que en ciertas oportunidades recibe apoyo de la opinión pública, existen otras variables donde finalmente se termina jugando el partido. Por ejemplo, la fortaleza institucional es clave. El crimen organizado aprovecha filtraciones institucionales y, mediante actos de corrupción, logra impunidad y crecimiento local. El día de la presentación del libro coincidió con la orden de la Fiscalía de imputar al director General de la Policía de Investigaciones (PDI) por un presunto acto de corrupción. Esta es una situación grave que genera un importante desafío institucional, sobre todo pensando en el rol clave que juega la PDI en la lucha contra el crimen organizado.
¿Cómo ha sido la experiencia de otros países en estas materias abordadas en el libro?
Como ocurre en general, ha habido de todo: casos de éxito (y de los otros). No siempre es fácil tomar lecciones cuando las realidades son dispares, incluso entre países de la región. Chile tiene que hacer su propio camino, evitar errores del pasado y, sobre todo, debe ser muy selectivo a la hora de traer recetas del exterior. Aplicar políticas como las de Nayib Bukele (Presidente de El Salvador) tienen costos muy altos en términos de derechos humanos, libertades individuales y otros aspectos que caracterizan la vida en un Estado de Derecho.
¿El crimen organizado pone en jaque a las democracias?, por qué?
Claramente. Para empezar, el delito y, sobre todo, la sensación de inseguridad, nos limita en el ejercicio pleno de nuestros derechos. En Chile existe una importante sensación de inseguridad que hace que este tema sea la principal preocupación de chilenas y chilenos. A su vez, cuando vivimos realidades de este tipo, siempre está el riesgo latente de que emerjan líderes que propongan sacrificar características de una democracia plena en pos de ganancias en términos de seguridad. Que Bukele haya ganado en El Salvador, no es un evento fortuito.