Eugenio Bobenrieth doctor en Economía Agrícola y Recursos se incorpora a la FEN

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Clases de Microeconomía, Econometría y Modelos Dinámicos impartirá Eugenio Bobenrieth, Doctor Agricultural and Resource Economics, University of California Berkeley (1996); M.Sc. Agricultural and Applied Economics, University of Minnesota (1989); e Ingeniero Comercial de la Universidad de Concepción (1982).

Eugenio Bobenrieth es un visionario. Ya a mediados de la década de los 80 se planteaba interrogantes sobre materias que, como él recuerda, no se cuestionaban en esa época en torno a los efectos del uso y regulaciones de los recursos naturales: “Los temas de cambio climático y agua, hace 40 años, no eran considerados de gran relevancia. Era raro que alguien anduviera preocupado por la vida pensando en el cambio climático y la sequía”.

Sus motivaciones lo llevaron al Magíster (1989, con Beca Fulbright) y Doctorado (1996) en universidades estadounidenses de primer nivel mundial, conducentes a la especialización en Economía Agrícola y Aplicada. Su carrera académica comprende 28 años en la Universidad de Concepción (UDEC) y 12 años en la Pontifica Universidad Católica de Chile (PUC). Hasta ahora, a su haber tiene 29 publicaciones (muchas de ellas en journals científicos de renombre internacional), 17 proyectos de investigación y exponente en muchas conferencias nacionales e internacionales. Penquista, vivió en Concepción hasta el año 2011.

Su vida como investigador y académico la ha combinado con su trabajo de voluntario; por ejemplo, en la organización “Libertad de Educación” (ELEDUC), impulsada por la PUC que busca preparar y apoyar a mujeres que están cumpliendo sus últimos años de condena en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín. Su voluntariado es reflejo de su profunda convicción: “La misericordia mueve mi vida”. Para Eugenio es importante recordar el mensaje del Papa Francisco cuando visitó la cárcel de San Joaquín el 2018: “Una cosa es estar encarcelada y otra cosa es perder la dignidad”. La idea es, a través de distintos talleres y esfuerzos de inserción académica, entregarles herramientas para motivarlas a dar un giro a sus vidas, enfatiza en esta entrevista.

¿Qué te animó hacer un magíster en Economía Agrícola y Economía Aplicada?

En ese minuto, la razón por la cual me interesó la Economía Agrícola, y más que Economía Agrícola, la Economía Aplicada en general, es que yo me daba cuenta de que en Chile había varias universidades y centros de estudio que eran bien importantes en temas de macroeconomía, como la inflación, el crecimiento económico, con el empleo o desempleo, o con mercados. Pero, me daba cuenta de que había temas en Chile, y todavía hay, que no están directamente relacionados con la inflación o con el desempleo, o no eran parte del curriculum estándar en economía, como por ejemplo el uso de recursos naturales.

En la década de los 80 no se hablaba mucho de estos temas

No, todavía casi no se hablaba, y, de hecho, fui un pionero en esa área. Por ejemplo, el tema forestal, que en esos años fue todo un boom en Chile, especialmente en el sur. Hubo un decreto de incentivo a las plantaciones forestales (Decreto Ley 701, del año 1974) y me comencé a hacer preguntas: ¿es bueno que haya incentivo a las plantaciones forestales o no? porque eso provocó un cambio en la composición de los bosques, en el sentido de que se cortaron muchos bosques nativos y se plantaron bosques exóticos como el eucalipto y el pino radiata.

También me comencé a hacer preguntas con respecto a las actividades agrícolas. ¿lo que se hace en Chile está bien hecho? ¿hay alguna forma mejor de entender, de planificar la agricultura de tal forma que genere mayor bienestar a las personas? Y también, incipientemente, en esa época me comencé a hacer preguntas con respecto al agua. El agua es un tema que me interesó y que ahora, con todo lo que está pasando con el cambio climático, es un tema fundamental, no solo en Chile, sino que en el mundo.

Desde muy jovencito – no me acuerdo desde qué año – presenté mis trabajos en encuentros científicos, básicamente buscaba por todas partes que me comentaran o criticaran mis trabajos, con el ánimo de mejorar mis estándares. En ese minuto, como estaba partiendo, presentaba solamente en Chile. Y en ese entonces, las grandes discusiones eran en por ejemplo inflación y desempleo. Y yo hablaba de los bosques, y en general de los recursos naturales porque vi en ese minuto que había un vacío.

Me gustaba estudiar eso, porque veía que eran problemas no triviales, y me gustan los desafíos. Intelectualmente son problemas muy atractivos, desafiantes. A nivel mundial tampoco había un tratamiento muy adecuado para estos temas que tienen que ver con expectativas y uso de recursos naturales. Los modelos de expectativas se han ido desarrollando este último tiempo más fuertemente. Y mis contribuciones en la literatura han sido, justamente, en la dirección de aprender a pensar mejor con respecto a los modelos de expectativas.

Y con el transcurso de los años, de repente resultó que el cambio climático es súper importante. Entonces dije: justo llevo 30 años estudiando una cosa que ahora es fundamental. Pero no es que yo lo haya planificado. Lo que yo sabía es que me gustaba el tema, porque lo encontré que era difícil, un desafío no trivial.

Tu doctorado también sigue en la misma línea

Sí, Economía Aplicada a problemas concretos pero abordados con altos estándares académicos. Como, por ejemplo, los bosques, los subsidios, los precios de los alimentos a nivel mundial, las fluctuaciones de precios de petróleo.

A partir de mi doctorado me centré en los precios: ¿qué hace que los precios suban o bajen? los precios de los productos agrícolas a nivel mundial son extremadamente volátiles. El precio del maíz, por ejemplo, puede subir 50% o puede bajar un 20%, 30% en cortos periodos de tiempo. Hay variaciones muy fuertes en los precios de los commodities (precios de productos agrícolas, de energía). Por ejemplo el precio del petróleo es un indicador muy importante para un país como Chile, porque se usa petróleo directa o indirectamente para casi todo.

Los modelos que estudio tienen que ver con cómo las personas que están transando en petróleo o en alimentos, internalizan la información de los mercados. Y qué es lo que uno debería esperar en términos de cuánto debería cambiar el precio hoy día y cuánto debería cambiar mañana, pasado, el próximo año.

Estudio el almacenamiento especulativo que es, por lejos, el más importante en términos de magnitud a nivel de los mercados internacionales de alimentos y energía. Más del 90% del almacenamiento a nivel mundial – básicamente de cualquier commodity – es por motivo de especulación, en el sentido de que empresas y personas especulan en los mercados financieros internacionales, buscando una ganancia. Entonces hay empresas que deciden comprar petróleo, por ejemplo, en espera de que el petróleo suba mañana o el próximo año. Y eso es una apuesta en el mercado, porque el próximo año podría bajar de precio.

¿En Economía del Agua qué investigaciones has hecho?

Varias cosas. Por ejemplo, recién terminamos un paper que estudia la sustentabilidad. A nivel mundial, y en Chile también, hay un agotamiento progresivo de agua subterránea. El gran porcentaje de agua se usa para la agricultura, se necesita un flujo permanente de agua, pero en Chile existe una sequía debido al cambio climático. El agua es cada vez más escasa. Y entonces surgen preguntas urgentes, por ejemplo: ¿nos podemos gastar toda el agua subterránea? ¿Es óptimo ir más rápido o más lento? ¿Con qué criterios? ¿Para quién es mejor o peor?

A nivel mundial han surgido diferentes legislaciones para combatir el exceso de consumo de agua. Y una de los temas que estudio son los efectos de las leyes de sustentabilidad. Por ejemplo, en California existe lo que se llama The Sustainable Groundwater Management Act (SGMA) -Ley de Gestión Sustentable de las Aguas Subterráneas- que es una ley nueva que obliga a los agricultores en California a que, a partir del 2040, reduzcan fuertemente su consumo de agua. Y eso va a significar que los agricultores – que básicamente producen frutos de árboles como por ejemplo almendros, pistachos, etc. – van a tener que dejar morir árboles. Y las preguntas son: ¿está bien que la legislación sea a partir del 2040? ¿o deberíamos comenzar ya? Estas preguntas tienen que ver con la economía, porque tiene que ver con la decisión que toma un agricultor hoy día, con una perspectiva de lo que espera que pueda ocurrir en el futuro. Algo interesante – que es una paradoja- es que ahora que el agricultor sabe que a partir del 2040 no va poder usar la misma agua que ha venido usando históricamente, resulta que muchos agricultores en California han seguido plantando árboles a una tasa exponencial.

Pero mi estudio de sustentabilidad de agua no tiene como objetivo único entender lo que ocurre en California. Al contrario, lo que me interesa es obtener lecciones que permitan diseñar leyes de sustentabilidad mejor pensadas a nivel mundial. Y muy especialmente en Chile.

Pero está bien hacer una política pública y legislar

Me parece que sí es una buena idea preocuparse de lo público y legislar porque el mercado libre nos está llevando al caos. Pero no da lo mismo cualquier legislación. La legislación no es neutral. Hay que entender que las personas que van a ser reguladas, por ejemplo, los agricultores, no son personas pasivas, sino que esas personas toman decisiones. Y esas decisiones pueden tener consecuencias irreversibles, consecuencias negativas irreversibles. Ese es el punto.

¿Cuál es el sello de sus publicaciones?

En mi doctorado me concentré en modelos de expectativas y sus influencias en los mercados. Y en los últimos 30 años he publicado en temas relacionados con profundizar la teoría de modelos dinámicos de expectativas, sus soluciones y calibraciones numéricas, y la medición de dichos modelos con datos reales. Mis investigaciones tienen que ver con el mercado del Petróleo, el uso óptimo del Agua, y los mercados de los Alimentos. Por ejemplo, el 2023 publiqué un artículo en Energy Economics sobre de qué manera las expectativas de las personas implica grandes y repentinos cambios en el precio del petróleo. Muchos de estos paper son productos o continuaciones de tesis de magister o de doctorado de alguno de mis estudiantes y otros son temas que me interesa a mí desarrollar. Voy, principalmente, a conferencias internacionales de especialistas en estas cosas.

¿Qué expectativas podrían hacerse los alumnos respecto de sus clases?

Básicamente, lo que quiero es ayudar a mis alumnos a que se encanten con esto, a que vean las preguntas interesantes que hay. El tema de la sostenibilidad, agua, legislación y que, a través del conocimiento, se ilusionen con preguntas que son súper importantes. Entregarles herramientas a mis alumnos, a mis alumnas para que ellos puedan desarrollarse. Ellos son las siguientes generaciones de investigadoras e investigadores los que van a tomar la posta. Entonces, claro, me interesa motivarlos, me interesa enseñarles, entregar todo mi conocimiento.

¿Se identifica con el sello de la UAH?

Sí, a mí me interesa trabajar en un lugar que tenga un sello de bien común y donde uno pueda tener un impacto, especialmente en las personas más vulnerables. Mi ilusión es impactar en las alumnas, en los alumnos, para abrirles nuevos horizontes con la mirada de lo que yo soy especialista.

¿Qué valores comparte?

Yo creo en el Evangelio de Jesús. Quiero que la Misericordia de Jesús mueva mi vida.

¿Cómo aterriza el evangelio de Jesús en sus clases?

Entregando herramientas y motivando. Por ejemplo, si yo enseño a mis alumnas cómo hacer mejores estimaciones de modelos econométricos, les estoy entregando herramientas que les van a servir a ellas, a ellos, para desarrollarse en un mercado laboral, para hacer carreras profesionales y para responder preguntas importantes para Chile y para el mundo. Y les va a permitir acceder a oportunidades que pueden cambiar sus vidas, para mejor, y a su vez impactar positivamente a otras personas.

¿Se define como una persona religiosa?

A mí me interesa Jesús y María. Ellos son mis modelos de vida. En mi humilde opinión, el mensaje del Evangelio es la Misericordia (…) Una persona pobre, vulnerable o una persona que vive en la calle o lo que sea, Dios dice que esa persona, es Jesús. Así tal cual está escrito en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo.

Y eso fue lo que entendió el Padre Alberto Hurtado y dijo: aquí está Jesús. Ahí está la misericordia, bien concreta. Y yo quiero que eso mueva mi vida.

¿Qué le daría al modelo económico para mejorar o cambiarlo?

Misericordia.

¿Cómo se haría esa bajada?

Primero que nada, entendiendo cómo funcionan los mercados y la utilización de recursos naturales. A eso he dedicado mi vida académica en los últimos 30 años. Entender cómo funcionan en la práctica, pero específicamente, cómo funciona el mercado del petróleo, de alimentos, cómo funciona el uso de recursos como el agua, o el uso del medio ambiente. Porque entendiendo cómo funcionan los mercados y las decisiones de uso de recursos naturales, entonces puedes intervenir, puedes ser efectiva o efectivo en aterrizar la Misericordia. Los mercados están insertos dentro de un mundo real y está todo involucrado. Están involucradas las personas, los incentivos. Es multidimensional. Yo construyo conocimiento científico que va a ayudar a que el mundo que toma decisiones, por ejemplo, de políticas públicas, tome una decisión informada, donde se sepa que, si yo restrinjo el uso del agua, eso va a implicar esto y esto otro. Y medir con números; es importante cuantificar para no quedarnos en afirmaciones o slogans generales que poco ayuden. Hacia allá va orientado mi quehacer científico.

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