“People on the street and crime in Santiago”: Académico de la FEN se adjudicó Fondecyt de Iniciación 2025

0

El académico de la FEN y director del Magíster en Economía, Carlos Díaz, se adjudicó un Fondecyt de Iniciación 2025 con su proyecto de investigación People on the street and crime in Santiago” a través del cual explorará la propensión al delito en espacios públicos como ferias libres y paraderos de buses de la RED del transporte público.

Cabe destacar que el  Concurso del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) de Iniciación es parte del pool de instrumentos de financiamiento de proyectos de investigación, impulsados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) que busca: “Fomentar y fortalecer el desarrollo de la investigación científica y tecnológica de excelencia, a través de la promoción de nuevos investigadores e investigadoras, mediante el financiamiento de proyectos de investigación de dos o tres años de duración en todas las áreas del conocimiento que conduzcan a nuevos conocimientos o aplicaciones previstas, a través de hipótesis de trabajo explicitadas en la propuesta misma”. Las propuestas de las y los investigadores postulantes son evaluadas tanto en su aspecto de calidad y factibilidad como la novedad científica o tecnológica que aportan.

El proyecto de Díaz durará tres años y está centrado en el estudio de dos escenarios caracterizados por gran afluencia de público (ferias libres que se instalan en los barrios de la Región Metropolitana y los paraderos de la RED), considerando la concurrencia de dos fuerzas que confluyen en estos espacios públicos: mayor número de potenciales víctimas de delitos, pero, a la vez, mayor número de personas observando.

Conversamos con Díaz sobre los alcances de su proyecto:

¿Cómo recibes la adjudicación de este Fondecyt?

Recibo la adjudicación de este Fondecyt con enorme gratitud y entusiasmo. Es un honor y una gran oportunidad para seguir desarrollando mi agenda de investigación. Este logro no habría sido posible sin el respaldo de la Universidad, la Vicerrectoría de Investigación, la FEN y el Departamento. Estoy profundamente agradecido con Antonia Larraín, Paloma Aravena y Eugenio Bobenrieth, quienes fueron muy importantes durante todo el proceso, especialmente considerando que esta fue mi primera postulación a un Fondecyt. Su orientación y apoyo fueron fundamentales.

¿De qué se trata el proyecto?

El proyecto busca profundizar en la comprensión de cómo las aglomeraciones de personas en espacios públicos influyen en la ocurrencia de delitos. Esta temática ha sido objeto de estudio durante décadas, basándose en ideas que sugieren que una mayor presencia de personas en la calle podría reducir la probabilidad de delitos. Este enfoque tiene sus raíces en el trabajo seminal de Jane Jacobs de 1961, quien destacó cómo el diseño urbano y el uso adecuado de los espacios públicos pueden mejorar la seguridad. Jacobs enfatizó la importancia de mantener un equilibrio en los espacios urbanos, promoviendo un uso más mixto que favorezca la interacción y vigilancia natural.

¿A qué se refiere?

En áreas urbanas con un uso muy específico, como por ejemplo zonas donde predominan las oficinas, la actividad es intensa durante el horario laboral, pero disminuye considerablemente después, dejando estos espacios más desolados. Jane Jacobs sostenía que esta falta de actividad y vigilancia favorece la aparición de delitos u otras actividades no deseadas, ya que la ausencia de personas reduce la supervisión natural entre individuos. Un fenómeno similar ocurre en zonas residenciales con poca actividad durante ciertas horas, por ejemplo, cuando los residentes están en el trabajo o los menores en el colegio.

Jacobs propone que un uso mixto, donde coexistan residencias y oficinas en proporciones adecuadas, genera un flujo constante de movilidad y actividad en la zona, lo que incrementa la vigilancia natural y contribuye a la seguridad. Esta es la hipótesis central detrás de su planteamiento.

El objetivo de este trabajo es abordar este desafío explotando patrones de movilidad y aglomeración observados en el Gran Santiago. Esto permitirá identificar una relación causal entre la mayor presencia de personas en las calles y el número de delitos contra la propiedad.

Sin embargo, las concentraciones de personas pueden tener también efectos criminógenos. Por un lado, las aglomeraciones de personas pueden disuadir a los delincuentes al aumentar la vigilancia natural. Por otro lado, estas mismas concentraciones pueden convertirse en oportunidades delictivas, ya que quien pretende cometer un delito encuentra más objetivos criminales. Así, se generan dos fuerzas contrapuestas: la presencia de más personas en la calle podría disuadir el delito, pero también podría incrementar las oportunidades para cometerlo. El resultado final depende de cuál de estas fuerzas termine predominando.

Creo que esta es una discusión relevante teniendo en cuenta los desafíos de seguridad que enfrenta actualmente Chile. Tanto es así que el propio presidente Gabriel Boric, en su último discurso por el Día Nacional del Deporte, llamó a los chilenos a recuperar los espacios públicos. Esta invitación del Presidente está estrechamente vinculada a la teoría “ojos en la calle” de Jacobs: si incentivamos el uso ciudadano de los espacios públicos y logramos que sean utilizados de manera adecuada, es posible que se conviertan en entornos más seguros. En esencia, el llamado del Presidente apunta a que la ciudadanía se apropie de estos espacios, fortaleciendo su seguridad a través de su uso activo.

Eso lo planteaste en una columna que escribiste para el sitio web CIPER Chile

Sí, escribí esa columna en CIPER. Es una columna estrechamente vinculada con este proyecto.

¿Esta teoría de Jacobs está comprobada?

Si bien, existe evidencia que indica que la ocupación de zonas urbanas por parte de las personas tiene un efecto disuasivo sobre el delito, es una pregunta difícil de responder en términos empíricos. El principal problema es que la gente elige los lugares donde va a realizar sus actividades y, como es esperable, las personas tienden a escoger espacios públicos o calles relativamente seguras. Si comparamos espacios públicos más concurridos con aquellos menos transitados, podríamos concluir erróneamente que los espacios públicos concurridos son más seguros simplemente porque las personas prefieren ocupar aquellos que ya presentan mayores niveles de seguridad.

Este sería el primer estudio de este tipo en Chile. Aunque existen investigaciones relacionadas, ninguna aborda directamente el vínculo entre la presencia de personas en la calle y el delito, y mucho menos con un enfoque en los “familiar strangers”.

El objetivo de este trabajo es abordar este desafío explotando patrones de movilidad y aglomeración observados en el Gran Santiago. Esto permitirá identificar una relación causal entre la mayor presencia de personas en las calles y el número de delitos contra la propiedad. De esta manera, es posible obtener evidencia más robusta sobre la relación causal entre la ocupación de espacios públicos y la seguridad urbana.

En tu proyecto se establecen dos escenarios de actividad callejera a explorar: el comercio ambulante y las paradas de buses de la Red del transporte público

Sí, esos son los dos componentes centrales del estudio. Por un lado, se buscará explotar la movilidad espacial y temporal de las ferias libres. Estos comercios itinerantes ocupan un espacio específico por un día y horario determinados, generando aglomeraciones que llegan y se van de una zona urbana. Teniendo en cuenta que los comerciantes eligen zonas relativamente seguras para desarrollar su actividad, la movilidad de las ferias libres genera una oportunidad cuasiexperimental que nos permite comparar una misma zona geográfica con y sin actividad comercial (y, por lo tanto, con y sin aglomeraciones de personas en las calles). Esto facilita identificar el efecto de las aglomeraciones vinculadas al comercio minorista en la seguridad de una zona. La hipótesis central, basada en la idea de Jane Jacobs, es que la llegada de las ferias aumenta la seguridad al generar mayor vigilancia natural (más “ojos en la calle”).

Por otro lado, los paraderos de la RED permiten explorar un posible refinamiento del concepto de “ojos en la calle” de Jacobs. En los años 70, Stanley Milgram desarrolló la teoría de los “familiar strangers”, personas que vemos regularmente en nuestras rutinas, pero con quienes no establecemos vínculos directos. Según Milgram, la presencia de estas personas aumenta la propensión a evitar o intervenir en delitos. Con los datos de la RED de Transporte Metropolitano de Santiago, es posible analizar si la familiaridad entre usuarios de un paradero durante horarios específicos influye en la seguridad. Por ejemplo, en zonas periféricas, donde las personas suelen reconocer a los habituales, es más fácil identificar comportamientos sospechosos, a diferencia de áreas altamente transitadas como la Alameda. Si la teoría es correcta, deberíamos encontrar que la presencia de personas familiarizadas entre sí reduce los delitos en comparación con momentos o lugares donde esa familiaridad es menor.

Respecto del aporte de esta investigación, ¿hay estudios en Chile de este tema?

No, este sería el primer estudio de este tipo en Chile. Aunque existen investigaciones relacionadas, ninguna aborda directamente el vínculo entre la presencia de personas en la calle y el delito, y mucho menos con un enfoque en los “familiar strangers”. De hecho, en el caso de las ferias, solamente existe un estudio que actualmente estoy desarrollando con dos colegas, Nicolás Trajtenberg y Sebastián Fossati, para la ciudad de Montevideo.

El estudio aborda cómo las aglomeraciones generadas por las ferias afectan la seguridad en Santiago: ¿reducen el delito al aumentar la vigilancia natural o lo incrementan por la concentración de potenciales víctimas?

El otro aporte clave de este proyecto radica en sus implicancias para las políticas de seguridad, especialmente en zonas periféricas. Como mencionó el Presidente, ocupar los espacios públicos es fundamental para mantener su seguridad. Si estos espacios son abandonados, terminan siendo apropiados por personas con intenciones o usos que generan inseguridad. Este estudio podría proporcionar evidencia relevante para entender y fortalecer el vínculo entre la ocupación de los espacios públicos y la prevención del delito, un tema de gran importancia en la actualidad.

Profundicemos más en el desarrollo de políticas públicas a partir de esta investigación

El proyecto permite analizar políticas relacionadas con las ferias libres y su impacto en el comercio, la seguridad y las dinámicas urbanas. Aunque las ferias ofrecen beneficios sociales importantes, como acceso a productos a precios accesibles y generación de empleo, también traen costos como contaminación sonora, problemas de higiene y tráfico. Además, el estudio aborda cómo las aglomeraciones generadas por las ferias afectan la seguridad en Santiago: ¿reducen el delito al aumentar la vigilancia natural o lo incrementan por la concentración de potenciales víctimas? También se examinan los efectos en las zonas aledañas, considerando posibles desplazamientos del delito. Finalmente, esta evidencia podría ser útil para el diseño y la implementación de políticas de seguridad. Por ejemplo, se puede ajustar el patrullaje en función de las dinámicas de aglomeración. Si las ferias reducen el delito, podrían redistribuirse recursos policiales; si lo aumentan, podrían reforzarse. Esto ayudará a diseñar políticas más efectivas y basadas en evidencia local, adaptadas a las características específicas de cada contexto urbano.

¿En esta investigación se podría ver también el tema de detenciones ciudadanas?

Sí, las detenciones ciudadanas están relacionadas con el mecanismo que se busca estudiar. La presencia de personas en la calle, especialmente si se conocen entre sí, puede disuadir el delito, ya que los delincuentes perciben un mayor riesgo de intervención. Aunque esto no garantiza que el delito no ocurra, hace que el delincuente lo piense dos veces antes de actuar. Sin embargo, en esta investigación no será posible distinguir entre situaciones donde el delito fue disuadido y aquellas donde ocurrió, pero no hubo intervención. Esto se debe, hasta donde yo tengo conocimiento, a la falta de registros específicos sobre detenciones ciudadanas o intervenciones similares. Aunque sería interesante analizar este aspecto, no contamos con los datos necesarios para capturar ese mecanismo de forma directa.

Políticas de seguridad orientadas a ocupar los espacios públicas van en dirección distinta a políticas como las de “Tolerancia Cero”

En realidad, la ocupación de espacios públicos no debería entenderse como una política de seguridad en sí misma, sino un complemento que debe acompañar otras estrategias de seguridad. Son medidas que pueden favorecer la seguridad, pero obviamente no pueden reemplazar las políticas de seguridad propiamente dichas. Es un desafío, porque no se puede incentivar a los santiaguinos a ocupar los espacios públicos si estos son inseguros, ya que se les expondría a situaciones de riesgo. El presidente Boric señala que, si no usamos los espacios públicos, estos pueden ser ocupados por personas que les den un uso no deseado, lo que podría generar inseguridad en el barrio. Sin embargo, los esfuerzos disuasivos y las políticas de seguridad deben venir desde otro ámbito.

Como comentaba anteriormente, lo que este enfoque podría aportar es información valiosa para el diseño de políticas, si se encuentra evidencia sólida de que las aglomeraciones reducen la incidencia de delitos. Sin profundizar demasiado en teorías criminológicas, podemos hablar de “guardias formales e informales”: los formales son, por ejemplo, los carabineros, mientras que los informales son, por ejemplo, vecinos atentos que alertan sobre actividades sospechosas. Por lo tanto, los guardias informales no deben pensarse como un sustituto de los esfuerzos formales de vigilancia, sino un complemento que puede fortalecer las estrategias de seguridad, integrando estas dinámicas como un insumo relevante para la toma de decisiones.

¿Esta investigación la estás haciendo solo?

Si bien la adjudicación del Fondecyt resulta de una postulación individual, se enmarca dentro de una línea de investigación que desarrollo en colaboración con otros colegas: Sebastián Fossati, economista del Departamento de Economía de la Universidad de Alberta (Canadá), y Nicolás Trajtenberg, criminólogo del Departamento de Criminología de la Universidad de Manchester (Inglaterra). Llevamos varios años trabajando juntos en estos temas y actualmente estamos finalizando un primer artículo que explora el efecto de las concentraciones de personas en la seguridad pública de Montevideo.

Compartir en redes