“¿Qué niveles de diálogo, de horizontalidad, qué niveles de espacios de expresión directa tienen los trabajadores en sus lugares de trabajo?”.
Esa es una de las interrogantes que dejó planteada el decano de la FEN, Eduardo Abarzúa durante el conversatorio telemático: “¿La calle transformará el mundo del trabajo en Chile?”, conducido por el director de RH Management, Patricio Rifo. En esta oportunidad Abarzúa compartió el panel con el director de Criteria Research, Cristián Valdivieso.
El eje del encuentro estuvo centrado en los procesos que está viviendo el país (desde el estallido social, luego el Plebiscito que dio un aplastante triunfo a la opción de una nueva Carta Magna hasta, para algunos, los sorprendentes resultados de las elecciones de los constituyentes) que no son más que la evidencia palpable del descontento social que atraviesa nuestra sociedad. Pero ¿cuán factible es que este malestar a nivel país, se traslade al interior de las empresas?
Para Abarzúa, todos estos procesos son bastante consistentes con lo que la ciudadanía venía alertando, es decir que lo acontecido desde el 18 de octubre del 2019: “cristaliza un sentido común”, que venía germinándose hace años, pero que el sistema institucional no tuvo la capacidad de: “tramitarlo, de absorberlo”, pues, explicó: “Parecía más bien, que el discurso dominante o el discurso de los medios contaba la realidad que no era la vivencia compartida por muchos chilenos”.
De ahí que planteará la comparación con las organizaciones: ¿Qué es lo que las empresas tampoco están procesando o tramitando? […]. La pregunta tiene que ver mucho con la correlación con la sociedad: ¿qué niveles de diálogo, de horizontalidad, qué niveles de espacios de expresión directa tienen los trabajadores en sus lugares de trabajo? […]. Tenemos espacios de trabajo que no están absorbiendo esto. Lo que viene es cómo los espacios de trabajo recogen la necesidad de expresión y participación de los trabajadores. Nosotros no estamos acostumbrados a esto”.
Como ejemplo reciente, mencionó el hecho de tener que llegar al extremo de redactar una ley para obligar a las empresas a dar permiso a sus trabajadores(as) para ir a vacunarse contra el Covid-19: “Eso dice que, en la comunidad de trabajo, donde se supone que somos interdependientes, no se reconoce el derecho a la salud o no se le está permitiendo el derecho a la salud”, ya que se tuvo que imponer legalmente. En esa línea, precisó: “¿Cómo vamos a pedir compromiso a personas que no se atreven a pedir permiso para ir vacunarse?” y, acotó, por qué: “A nivel de quienes los dirigen, no se hace un plan creativo para que, en conjunto, resolvamos el problema de salud que tenemos como colectivo”.
Es por eso que afirmó: “Los lugares de trabajo, en general, no son espacios donde reine la tolerancia a la diversidad y a la discrepancia […]. Incluso los propios sistemas de selección están intervenidos para no aceptar la diversidad […] La cristalización de varias de estas temáticas va a ser que la expresión de malestar o de descontento sea más sostenida, sistemática, más organizadas en los lugares de trabajo […]. Las empresas tienen que poner atención, de no hacerlo, puede ser la misma lógica que ocurre a nivel de la sociedad. Por ejemplo, los conflictos extralegales, que nuestra propia legislación no tiene como absorber, son temas que van a expresarse, tal vez, con mayor recurrencia […]. Tenemos una tensión que en algún momento puede explotar”.
En esa perspectiva de análisis, Abarzúa enfatizó que: “La proactividad tiene sentido de urgencia por parte de las organizaciones: cómo canalizar, cómo observar las propias prácticas que tienen y cómo desarrollar capacidad de gestión de la participación e intereses colectivos. Olvidemos las prácticas antisindicales y las lógicas de esa naturaleza”.
Todo ello implica un desafío crítico para la gestión y productividad, dijo, pero esto, añadió: “Puede verse en dos tonos: uno caótico que va a generar una caída de la productividad”. Y otro, positivo, toda vez que varios de los elementos, como participación, diálogo social, mayor horizontalidad, mayores espacios de expresión colectiva al interior de las empresas: “…son factores que en otras sociedades se correlacionan positivamente con la productividad y con la innovación que, a veces, las buscamos como si fueran elementos misteriosos”.
Revive acá conversatorio: ¿La calle transformará el mundo del Trabajo en Chile?