Mercado laboral: En el ojo de la tormenta

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Por Marcela Perticara* y Mauricio Tejada**. *Académica FEN UAH, Ph.D. en Economía, U Texas A&M, Estados Unidos. **Académico FEN UAH. Ph.D. en Economía, U Georgetown, Estados Unidos.

oe81 Publicado en revista Observatorio Económico Nº 110, 2016.

En el primer trimestre de este año, la tasa de desempleo del Gran Santiago sorprendió a muchos al sobrepasar el 9%. Tal como usualmente sucede, la tasa de desempleo nacional también confirmó la tendencia ya mostrada por la del Gran Santiago y se empinó hasta llegar a 7.4 en el trimestre junio-agosto. En los últimos meses, sin embargo, dicha tasa ha caído un par de puntos, mientras que la tasa de desempleo nacional se ha mantenido relativamente constante (1). El gráfico 1 muestra que la tendencia, en los últimos tres años (tomando las mediciones de septiembre de cada año), ha sido al alza. Todo esto en un contexto en el que el nivel de actividad se mantiene bajo, con un crecimiento promedio anual del IMACEC que fluctúa alrededor del 2%.

El análisis de los flujos de entrada y salida del empleo y el desem- pleo también muestran un debilitamiento del mercado laboral2. Tal como lo muestra el Gráfico 2, la creación de empleo ha tendido a debilitarse consistentemente a lo largo del año (incluyendo también el efecto estacional). Al otro lado, la tasa de destrucción de empleo también ha mostrado una tendencia decreciente, pero se mantiene en niveles más altos. Esto es consistente con un índice de vacancias que ha mostrado una tendencia continua a la baja en los últimos 36 meses3, a la vez que crecen las solicitudes de pagos de seguro de cesantía (ver Gráfico 3).

Como todo, el crecimiento del empleo total en lo que va del año ha sido claramente débil, apenas 0.9% en doce meses, mientras que en los últimos 12 meses el número de trabajadores desempleados ha aumentado un 6%. La desagregación del empleo por tipo de empleo (asalariado e independiente), revela que es el empleo independiente el que frena la caída del empleo, al empinarse con un crecimiento de 4.2% en 12 meses (ver Gráfico 4). El empleo público cae 3% en igual período, mientras que el empleo asalariado privado permanece casi constante. Este comportamiento contrasta con el observado en los doce meses precedentes (septiembre 2014 – septiembre 2015), cuando, el dinamismo del empleo independiente también estaba acompañado de aumentos en el nivel de empleo de asalariados privados calificados. El deterioro del empleo privado de baja calificación es ya un fenómeno instalado en el mercado laboral.

En el mismo Gráfico 4 se observa la evolución del empleo público por nivel educativo. Las estadísticas muestran un aumento sostenido del empleo público sin calificación, el que aunque tiene una participación relativamente baja (10% del total), aumenta casi 12% en los últimos 12 meses y alrededor de 21% en los últimos dos años. Un aumento más moderado se observa para empleos públicos de nivel técnico (3%) mientras que cae el nivel de empleo de los universitarios en el sector público.

No es buena noticia que la tasa de desempleo se mantenga estable (o que baje levemente en referencia a períodos anteriores), ya que hay un claro deterioro en la generación de vacantes y los niveles de empleo están sostenidos por un aumento de los trabajadores independientes. En los últimos veinticuatro meses la creación neta de empleos privados de baja calificación ha sido nula.

Estamos, entonces, en un contexto de un mercado laboral con baja capacidad de creación de empleos, pero que además, está concentrada en empleos relativamente precarios. Es como estar en el ojo de la tormenta y no saber cuándo llegará. El aumento en los niveles de empleo independiente de baja calificación, en detrimento de empleo asalariado, puede ser simplemente supervivencia. Ciertamente las solicitudes de pago del Seguro de Cesantía han aumentado de manera persistente en los últimos meses (ver Gráfico 3), evidenciando, que independientemente de la relativa estabilidad de algunos agregados, muchos trabajadores se han visto desplazados de sus puestos de trabajo.

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1) Tal como lo enfatizamos en el Observatorio del mes de Abril, es importante destacar que la tasa de desempleo del Gran Santiago, en las grandes subidas, tiende a anticiparse en aproximadamente dos trimestres a la nacional, operando como un indicador líder de la tasa de desempleo a nivel nacional en épocas de baja actividad. A la inversa la relación es más bien débil.

2) Para un detalle del cálculo de las tasas de creación y destrucción de empleo ver Shimer (2012): “Reassessing the Ins and Outs of Unemployment,” Review of Economic Dynamics, 15(2), pp 127-148.

3) Este es un índice que busca medir la cantidad de puestos trabajos ofrecidos en el mes y es construido por el Banco Central sobre la base de los avisos publicados en El Mercurio y sus ediciones regionales los días domingo.

 

 

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